El martes 13 de junio se celebró la fiesta de san Antonio de Padua, y en la iglesia del monasterio de santa Clara tuvieron lugar eucaristías a las 7:00 h, 8:00 h., 10:00 h., 12:00 h. (conventual), 17:00 h, 18:30 h. con bendición de niños y a las 20:00 h. con Vísperas. Todas ellas muy concurridas y con la entrega de panes bendecidos.
El reverendo Fernando Jordán recordó en la misa de las 18:30 h. la figura del sacerdote y teólogo portugués (1195-1231), que ha aportado «800 años de luz» a los creyentes, quienes «tenemos sed de Dios y de esa sabiduría. De dar un sentido a la existencia desde Dios, y a eso nos ayuda san Antonio de Padua». El santo, «fue pobre, se fiaba de Dios. No tenía ningún proyecto personal, solo predicar el Evangelio, y vivió con una transparencia y una misericordia que conmueven. La santidad es lo que más conmueve los corazones».
Fernando Jordán expuso como clave de vivir «el Evangelio y ser santo. Que nuestro amor sea gratuito como signo de agradecimiento a los dones que nos concede». En ese sentido, «los niños confían y son simples en el mejor término de la palabra. Hay que ser niños en el sentido evangélico, transparentar la voluntad de Dios». La bendición a los niños y niñas y la adoración de la reliquia de san Antonio de Padua fueron los ejes centrales de una jornada de mucha devoción.