Festividad de Corpus Christi, de procesión en las diócesis aragonesas

José Antonio Calvo
22 de junio de 2019

La procesión de Corpus Christi no es una más. El modo de proceder está perfectamente regulado en las normas litúrgicas:

“Conviene que la procesión tenga lugar después de la misa en la que se consagra la hostia que se ha de llevar en ella. Pero nada impide que la procesión se haga después de una adoración pública y prolongada que siga a la misa. Si la procesión se tiene inmediatamente después de la misa, concluida la comunión de los fieles se coloca sobre el altar la custodia en la cual se pone la hostia consagrada. Dicha la oración después de la comunión y omitidos los ritos conclusivos, se organiza la procesión” (Misal Romano. III Edición).

Esta procesión se enriquece con numerosos elementos que reflejan el amor del pueblo de Dios por la eucaristía. Custodias monumentales o noblemente sencillas; altares llenos de flores olorosas y velas por las calles; calzadas cubiertas de retamas, romero, espliego; minuciosas alfombras como las de Tamarite de la Litera. Y, por supuesto, los niños y niñas que han recibido su primera comunión arrojando dulcemente pétalos de flores por donde ha de pasar Su Divina Majestad.

Los obispos de Aragón celebrarán esta fiesta en Barbastro (11.30 h.); Huesca (18.00 h.); Jaca (12.00 h.); Tarazona (11.30 h.); Teruel (12.00 h.) y Zaragoza (11.00 h.).

Desde estas páginas, invitamos a todos los lectores a participar en la misa y procesión de Corpus, como testimonio de fe y adoración. Así como a ser generosos con los hermanos que sufren la pobreza.

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