Los pueblos de nuestra diócesis de Torrelapaja, Berdejo, Torrijo de la Cañada, Malanquilla y Clarés de Ribota, junto a las sorianas de Reznos, Carabantes, La Alameda y Deza celebraron junto al de Bijuesca la tradicional saca de la Virgen del Castillo, el pasado domingo 4 de junio. Una costumbre que se realiza cada 25 años, aunque esta vez ha sido a los 27 por la pandemia, y que se remonta al parecer al siglo XIX cuando la zona sufrió una grave catástrofe natural y todos los pueblos que forman la Concordia se juntaron en Bijuesca para ayudarse.
Según se recoge en varios documentos, tal y como se cuenta en la web de la Asociación Torre Albarrana de Calatayud, cuando toca sacar a la Virgen del Castillo de su camarín, «deben celebrarse dos novenarios, en vez del uno que todos los años se le ofrece, y el día que concluye la segunda novena, es el destinado a trasladar a la imagen, ceremonia que no puede verificarse sin la presencia de los pueblos que constituyen la Concordia y sin el permiso del Sr. Obispo de Tarazona«. Este año ha sido el domingo, 4 de junio, y ha concitado a unas 4.000 personas que no han querido perderse esta tradición única que tiene lugar en nuestra Diócesis de Tarazona.
El primer pueblo en llegar a Bijuesca fue, como manda la tradición, Reznos, por ser el que más ayuda aportó. En ese momento se produce el intercambio de poderes entre las dos localidades: los sacerdotes se intercambian las capas pluviales y los alcaldes los bastones de mando; se realizan las inclinaciones y saludos de las cruces, los pendones, los estandartes de las cofradías, y las autoridades de Reznos asumen el mando y reciben al resto de localidades. La última en hacerlo es Torrijo que entra cantando una ronda y realiza un baile de cintas en la plaza. Una vez que están todos se dirigen hacia la ermita de la Virgen del Castillo, a la que sacan en procesión portada a hombros, y bajan hasta la plaza donde tiene lugar la misa presidida por el obispo de la Diócesis de Tarazona.
Este año, Mons. Vicente Rebollo, animó a rezar a la Virgen para que ayude a todos los pueblos que forman la Concordia, para que evite que sigan perdiendo población y para que sigan manteniendo sus recursos. Tras la eucaristía, se bendijeron los tradicionales ramos de roscones, se llevó de nuevo a la Virgen del Castillo a su camarín donde permanecerá otros 25 años. Una vez allí, la jornada festiva continuó con las comidas populares en los alrededores de la ermita.