Esta mañana ha fallecido sor Catalina del Divino Corazón, hermana pobre de Santa Clara, que ha vivido su vocación en el Monasterio de las Clarisas de Monzón los últimos 38 años. “A las 9 se ha ido al cielo Sor María Catalina… la comunidad con su fallecimiento cierra una época y comienza otra… bendita de ella que realizó una entrega absoluta y total de su vida a Dios…”, ha señalado la abadesa de la comunidad, sor Alegría Zarroca.
“Ya descansa en el Señor, es eterna”, ha subrayado el obispo, Ángel Pérez. “Con su ejemplo ha mostrado cómo se hermana pobre de Santa Clara, ser libre, ser feliz y ser fecunda. Damos gracias a Dios porque ha hecho este regalo a esta comunidad de Monzón que es fermento del carisma clariano, que tanta vida y luz nos aporta”, ha añadido. “Cómo no dar gracias por la vida de esta mujer que a mí, personalmente, también me robó el corazón“, ha concluido.
Un referente para la comunidad
El pasado 23 de abril, sor Catalina cumplió cien años, efeméride que la Comunidad de Hermanas Pobres de Santa Clara celebró dando las gracias por un verdadero regalo de Dios: el cumpleaños centenario de una monja que supo «vivir sin propio». En la eucaristía de esa jornada, el obispo repasó los rasgos de esta mujer «inteligente, virtuosa, rezadora, abierta y creativa», referente para la comunidad montisonense. A ella había llegado en 1984, procedente de su monasterio de origen en Cantalapiedra (Salamanca), y Dios bendijo su entrega y donación incluso con vocaciones, de las que fue maestra de novicias y abadesa. Sor Catalina impulsó de forma sorprendente el culto y la liturgia, así como la vivencia del carisma «hasta llegar a grandes cimas».