La S.I. Catedral de Ntra. Sra. de la Huerta de Tarazona acogió ayer la celebración de la eucaristía en honor a San Atilano, hijo y patrón de la ciudad. La misa estuvo presidida por el obispo de Tarazona, Mons. Vicente Rebollo, y concelebrada por varios sacerdotes.
La corporación municipal con el alcalde a la cabeza también participó en la celebración junto a muchos fieles que no quisieron faltar a la misa en honor a su patrón, tras dos años sin poder asistir con total libertad debido a las restricciones por la pandemia.
El obispo de Tarazona recordó la figura de San Atilano de quien dijo estaba seguro de que les habría expresado a sus seguidores la máxima de que «el Señor está siempre con nosotros, especialmente en los momentos de debilidad y sufrimiento», y deseó que «todos los sintamos siempre así». D. Vicente animó a los presentes, incluidos a los políticos como servidores de lo público, a ser «sembradores del amor de Dios», cada uno desde su cometido, y a ser capaces de ser misericordiosos con los demás como le es el Señor.
BENDICIÓN DE LOS PECES Y PREMIO CIUDAD DE TARAZONA
Antes de la eucaristía, D. Vicente fue entrevistado por los usuarios del Centro de Rehabilitación Psicosocial para la Cadena Ser, y luego se acercó hasta el Paseo de la Constitución dónde el alcalde de Tarazona, Luis José Arrechea, y miembros de la corporación repartían los bollos conocidos como «peces de San Atilano», para bendecirlos y sumarse al reparto. Asimismo, saludó a las encajeras que mostraban sus labores en el mismo lugar.
Después de la misa, se acercó hasta el Ayuntamiento para asistir a la entrega del premio Ciudad de Tarazona que este añó recayó en las cinco peñas de la ciudad.
Por la tarde, el obispo de Tarazona celebró la eucaristía en la parroquia de la Magdalena, en el Barrio del Cinto, lugar donde se cree que nació San Atilano. Tras la misa, hubo procesión por las calles del barrio.
