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Envío diocesano de profesores de Religión y catequistas

Ascen Lardiés
1 de octubre de 2018

El sábado 29 de septiembre tuvo lugar en la parroquia de San José de Barbastro el envío de catequistas y profesores de Religión de la diócesis, con la participación del sacerdote de la diócesis de Valencia y profesor en el Centro Regional de Estudios Teológicos de Aragón, Germán Mora, que pronunció la conferencia “La familia hoy. Retos y claves”. La familia sigue siendo el centro de la sociedad y la primera trasmisora de la fe. Partiendo de textos del papa en su Exhortación Apostólica sobre el amor en la familia, (Amoris Laetitia), desarrolló una Conferencia muy realista ofreciendo propuestas pastorales concretas. La Eucaristía fue presidida por el vicario de pastoral de la diócesis, Juan Ignacio Cardona, y en ella los catequistas y profesores de Religión recibieron la misión, de parte del obispo diocesano, de ser educadores de la fe de los niños y jóvenes en el ambiente de la catequesis y de la escuela.

El tradicional envío ha estado este año precedido de la participación en el II Congreso Internacional de Catequesis que tuvo lugar en Roma hace una semana de la Delegación diocesana, representada por el consiliario, Wiezlaw Dziadosz, y los delegados Santiago Martín e Isabel Martínez. Esta última resume, a continuación, las principales conclusiones del encuentro:

«Durante este II Congreso Internacional de Catequesis que tuvo lugar en Roma los días 20-23 de septiembre, se llegaron a conclusiones muy interesantes respecto al catequista y su vocación. No hay que olvidar que el catequista debe ser ‘testigo de Jesús’, testigo de Jesús en el contexto personal y en el de la vida comunitaria.

La fe se expresa en el rito y el rito se fortifica en la fe, por eso los catequistas deben estar en las celebraciones, en el contexto de la vida comunitaria. Los sacramentos son la expresión de la pedagogía de la Iglesia y si no hay comunidad que celebra el Misterio en la experiencia comunitaria, ¿de qué sirve la catequesis?

La vida cristiana ha de experimentarse en la ordinariedad, en la familia, y por ello es necesaria la inserción de la familia en la comunidad parroquial.

Por otro lado, los catequistas deben ser personas con experiencia de fe, de quienes se pueda confiar desde el aspecto intelectual y además, han de ser hombres y mujeres de caridad que desde la Caridad de la Iglesia ayuden a recuperar a los perdidos y a los que corren el riesgo de perderse.

En palabras del Papa Francisco en su intervención: ‘¡Sed catequistas!, ¡no trabajéis de catequistas!’ porque ‘ser catequista es una vocación’. ‘El catequista lleva al encuentro con Jesús con las palabras y con la vida, con el testimonio’.

Para la Delegación Diocesana de Catequesis, la asistencia a este Congreso ha resultado ser una experiencia rica en compartir la fe y la vocación de ser catequistas con  catequistas de todo el mundo cuyas realidades, culturas y tradiciones religiosas enriquecen la realidad de la catequesis allá donde se viva. Ser catequista es ser transmisor y testigo de la fe en cualquier parte del mundo.»

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