La Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) de Panamá se distinguirá de las anteriores «por la dedicación que le han puesto los panameños», y por los mensajes que se esperan del papa Francisco, ha afirmado el obispo de Teruel Antonio Gómez en la pintoresca ciudad de Natá de los Caballeros.
Con sencillez y rodeado por cientos de natariegos y chavales de diez países que se preparan para asistir a la JMJ para pedirle la bendición o un «selfie», Gómez fue categórico con Efe al expresar que «los panameños verdaderamente se han volcado en la Jornada, hasta el mínimo detalle».
El purpurado encabeza la vanguardia de la Conferencia Episcopal Española que asiste a la JMJ de Panamá, integrada por cardenales, obispos, sacerdotes y laicos, que en número de mil estarán esperando a Francisco en la capital panameña.
«He estado en varias jornadas, pero ninguna con tanta alegría y dedicación como en Panamá, he estado en París, Colonia, Roma, y ésta. No he visto tanta dedicación, no se si nos ayuda el idioma, pero realmente es que (los panameños) se han volcado de tal manera que no nos lo merecemos», manifestó un bronceado obispo que no dejaba de dar bendiciones, escuchar a niños y ancianos y sonreír.
Sobre qué manifestará Bergoglio en Panamá, dijo que «seguramente hable del sínodo de jóvenes, que ha sido recientemente, donde nos pide que nos impliquemos en la calle, que discernamos entre el bien y el mal, las cosas negativas que tiene nuestra sociedad y nuestras vidas, supongo que vaya por ahí», aunque advirtió que era su idea.
«Toda JMJ crea un ambiente en los jóvenes muy propicio para creer, porque ven que hay más gente que cree que lo que ellos pensaban; a veces el joven se siente como muy solo en la fe, pero cuando ve gente de tantos países, eso les ayuda a resurgir y a volver a reunirse, a trabajar por la comunidad», resumió.
El purpurado detalló que «ahora venimos 52, mañana llegan 120 más y al final vamos a ser mil», de todas las diócesis españolas.
El joven laico Romaldo Alumbreros, de ciudad Real, manifestó a Efe que era su primera participación en una JMJ, que el pasado 12 de enero llegó a Costa Rica y de allí pasó el día 16 a David, en la provincia occidental panameña de Chiriquí, desde donde los hogares de acogida se han distinguido.
«La verdad estoy sorprendido tanto por el paisaje como por la forma de ser de la gente, aquí nos han abierto la puerta de su casa y nos han prestado todo lo que tenían, sin pedírselo, solo por el tema de la unión que tenemos por ser hermanos de Dios», reconoció Alumbreros.
Sostuvo que de Francisco espera un mensaje como el de San Juan Pablo II, fundador de la JMJ, «no tengáis miedo», y también «hagan lío» como dijo en Río.
Los jóvenes católicos «se tienen que movilizar, y que se nos vea, que parece una iglesia ya envejecida, hay que hacer cambios», indicó.
La joven de 19 años Virtudes García Gómez, de Lugo, también resaltó que «ha sido muy bonito ver a las familias que nos han acogido con tanta alegría, tanto cariño, nos han dado de todo, yo me he sentido como en mi casa», y reconoció que al principio «tenía un poco de miedo porque no sabía, ir a una casa de gente que no conoces, pero todo lo contrario a lo que imaginaba, muy bien».
Aseguró que «todos» han vivido esa misma experiencia.
Del pontífice ella espera que «me anime a decirle que sí al Señor, eso es lo que yo espero, hacer vida el estribillo de la JMJ (hágase en mi según tu palabra), lo dice todo, está bien claro».
Juntos natariegos, peregrinos de España, México, Estados Unidos, Filipinas y Guatemala, llenaron la parroquia Santiago Apóstol de Nata, la segunda iglesia más antigua de la costa del Pacífico americano después de la catedral de Panamá, y participaron en la eucaristía que concelebró Gómez con diez curas.
Se espera que para el próximo miércoles coincidan en Panamá cientos de miles de jóvenes para esperar al papa Francisco y acompañarlo en la jornada hasta el próximo domingo.
Fuente: Luis Miguel Blanco – Agencia EFE