El oficio de la Inmaculada Concepción de María, el Tota Pulchra, volverá a cantarse este sábado 7 de diciembre a las 19:00 h. en la catedral de Huesca. Una ocasión especial puesto que se cumplen diez años desde que en 2014 fue declarado Bien de Interés Cultural Inmaterial por el Gobierno de Aragón. Estará presidido por el administrador apostólico de la diócesis de Huesca, monseñor Vicente Jiménez Zamora, y participarán el claustro de profesores del instituto Ramón y Cajal, heredero de la Universidad Sertoriana de Huesca; la corporación municipal y el cabildo catedralicio.
En el apartado musical intervienen la coral de la capilla de música de la catedral de Huesca y el coro Ars Musicae más una orquesta formada por músicos oscenses y la dirección de José Vicente Pardo Bellido, profesor del Conservatorio de Música de Huesca, y las voces solistas de Marina Lansac y Alejandro Escuer.
La celebración del Tota Pulchra en la vigilia de la Inmaculada Concepción forma parte de la liturgia oscense desde el siglo XV, como refleja el manuscrito catedralicio conocido como “Consueta Oscensis”. Se conserva asimismo testimonio documental del voto realizado por las instituciones oscenses a la Inmaculada Concepción en el año 1450, con motivo de una epidemia de peste que asoló la ciudad. Este voto de la ciudad y sus instituciones se ha mantenido y renovado a lo largo de los siglos.
En 1619, una comisión de doctores de la Universidad Sertoriana notificó el voto realizado a la Inmaculada Concepción por la institución académica al concejo municipal. A este se adhirieron tanto el Concejo como el Cabildo catedralicio, que propuso una liturgia para la celebración de la vigilia.
Durante la procesión inicial hacia la capilla de la Inmaculada se canta el ‘Ave, Maris stella’, un himno latino que se canta en la Liturgia de las Horas y data del siglo IX.
El ‘Tota Pulchra’ es un himno que se utiliza como antífona en las segundas vísperas de la Inmaculada Concepción y está tomado del Cantar de los Cantares (4, 7): «Toda hermosa eres amada mía». La Iglesia ha visto en esta expresión un canto a la Virgen, la Inmaculada, la sin mancha, la más hermosa.
El autor musical del himno es el italiano Giovanni Cesare Aldega. Su partitura manuscrita procede del archivo de música de la catedral de Huesca.
Después suena el ‘Salve Regina’, también conocida como la Salve. Una de las más populares y conocidas oraciones a la Virgen María. Durante algún tiempo fue atribuida a san Bernardo de Claraval; ahora se sabe que éste solo añadió la invocación final: ‘Oh clemens, o pia, o dulcis, Virgo Maria’; también se ha atribuido al obispo de Compostela Pedro de Mezonzo.
En este caso se interpreta el de Hilarión Eslava, compositor y musicólogo español (1807-1878), para cuatro voces y orquesta.
El oficio termina con el himno universitario ‘Gaudeamus Igitur’, una canción estudiantil de autor anónimo que se empezó a cantar en las universidades alemanas a mediados del siglo XVIII.