Estamos de enhorabuena en nuestra Iglesia de Teruel y Albarracín porque el pasado domingo, 19 de marzo, fue ordenado de diácono nuestro seminarista Alfonso Torcal en una bella ceremonia.
En una Catedral llena de fieles, Alfonso sumó un paso más en su decisión de ser sacerdote del Señor y con gran alegría le manifestó que cuente con él. Alfonso en su intervención recalcó que “el Señor se volvió a salir con la suya para que con mis 37 años sea ordenado diácono dándoos las gracias a todos”, prometió “acoger, trabajar y contemplar” y reconoció al Señor como el Dios “de mi vida, que te quieres valer de mi […] para seguir diciéndole a los hombres y mujeres que los amas con locura”.
Alfonso tuvo un momento de agradecimiento a todos que le han acompañado en tan hermoso día, familias, amigos, obispos, sacerdotes, formadores, jóvenes, religiosos y religiosas, pueblos, fieles…, toda la gente que has puesto en su camino y finalizó diciendo que “si me dejo a alguien bendícelo doblemente”.
Nuestro obispo, don José Antonio, en su homilía expresó a Alfonso que “el Señor te ha ido iluminando y tú has tratado de acoger su luz, siguiendo sus inspiraciones” y hoy estás en esta Catedral de Teruel para “decir “sí” al Señor, que te ha llamado para seguirle como diácono” y le aconsejó que mantenga el alma bien abierta, para dejarse iluminar por Dios a través de “esta Iglesia concreta de Teruel y Albarracín, en la que hoy te incardinas” dejarse iluminar también “por las personas pobres y enfermas, que te serán confiadas de un modo especial en este periodo de diaconado” y finalmente que se deje iluminar “por el Señor en el encuentro personal con Él” al que se une con la promesa del celibato, el cual “no es un rechazo al matrimonio y, mucho menos, un “no” al amor. El celibato es un “sí” total a Jesucristo, pobre, humilde y casto”. Y acabó la homilía animando a todos los asistentes a abrir el alma a Dios y a acompañar a Alfonso con la oración.
Una gran fiesta, en el día de San José y del Seminario, en la que la buena noticia de la vocación se hizo presente en nuestra Iglesia de Teruel y Albarracín. ¡Enhorabuena Alfonso!