Educación sin barreras migratorias
Francisco subrayó que los niños y jóvenes desplazados por guerras y crisis humanitarias enfrentan graves obstáculos para continuar sus estudios. Escuelas destruidas, falta de materiales educativos y docentes capacitados son solo algunas de las barreras en zonas de conflicto y en campos de refugiados. Además, la situación migratoria de los menores en países de acogida muchas veces les impide acceder a la educación, limitando sus oportunidades de futuro.
«Todos los niños y jóvenes tienen derecho a ir a la escuela, sin importar su situación migratoria», afirmó el Pontífice, reiterando su compromiso con los derechos fundamentales de los migrantes y refugiados. En otras ocasiones, el Papa ha instado a garantizar el acceso a la educación primaria y secundaria, así como a brindar opciones de continuidad educativa al alcanzar la mayoría de edad.
La Iglesia al frente de la crisis educativa
El videomensaje de enero incluye imágenes de niños refugiados en diversas partes del mundo, testimonio del trabajo constante de la Iglesia en contextos desafiantes. Centros educativos como los gestionados por la Fundación AVSI en Jordania y Líbano, escuelas salesianas en Uganda, y el Instituto Madre Asunta en Tijuana son ejemplos concretos de la respuesta eclesial a la emergencia educativa. Además, organizaciones como el Servicio Jesuita a Refugiados (JRS) y la Asociación Papa Juan XXIII ofrecen apoyo educativo en regiones como Chad, Grecia e Italia.
Por su parte, organismos internacionales como UNICEF también desempeñan un papel crucial. Sus programas educativos han permitido que muchos niños desplazados, incluidos aquellos que huyen de la guerra en Ucrania, puedan continuar sus estudios.
Migrantes y refugiados: una prioridad del pontificado
La preocupación por migrantes y refugiados es un tema recurrente en el pontificado de Francisco. Basado en las palabras de Jesús en el Evangelio de Mateo: «Fui forastero y me hospedasteis», el Papa insiste en la importancia de acoger al extranjero como un acto de fe y humanidad. En su mensaje, recordó que «quien acoge al forastero, acoge a Jesús».
La intención de oración de este mes refleja un compromiso continuo del Papa, que en junio de 2024 ya había solicitado rezar por aquellos que huyen de guerras y hambre, buscando oportunidades de vida en nuevos países. El Director Internacional de la Red Mundial de Oración, P. Cristóbal Fones, S.J., destacó que el Papa Francisco promueve cuatro actitudes esenciales: acoger, proteger, promover e integrar a los migrantes y refugiados, valores que la Iglesia invita a practicar en la vida cotidiana.
Una enseñanza para el Jubileo Ordinario
El P. Fones también recordó que, en el marco del Jubileo Ordinario que se celebra este año, el Papa ha pedido garantizar la seguridad, el trabajo y la instrucción para los migrantes y refugiados. «Una de las condiciones para obtener las indulgencias durante este Año Santo es orar por las intenciones del Sumo Pontífice, que este mes se enfocan en el derecho fundamental a la educación de personas vulnerables», concluyó.
Con este llamado, Francisco renueva su compromiso de construir un mundo más justo e inclusivo, donde la educación sea una herramienta clave para superar desigualdades y promover la dignidad de todos, sin importar su origen o condición.