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El obispo de Barbastro-Monzón en Torreciudad: «Que la Virgen nos ayude a mirar más lejos, más alto»

Ascen Lardiés
21 de agosto de 2023

El obispo de la Diócesis de Barbastro-Monzón, Mons. Ángel Pérez Pueyo, presidió el pasado 20 de agosto la fiesta de la Virgen de Torreciudad, el domingo posterior a la Asunción de María. Don Ángel concelebró la eucaristía con sus vicarios general -Ángel Noguero-, pastoral -Francisco Cabrero- y judicial- José Mairal-, en representación del presbiterio diocesano, además del vicario general del Opus Dei en España, Ignacio Barrera, y del rector, Ángel Lasheras. «La Madre siempre reúne, la Madre siempre convoca», comenzó afirmando el obispo, que agradeció a quienes «en esta casa hacen posible que la devoción a la Virgen de Torreciudad pueda ser cada día un referente que llena a quien peregrina hasta aquí».

Fieles, diocesanos y llegados de toda España, llenaron el templo mariano en una de sus citas más tradicionales y señaladas que, como recordó el sacerdote José Mairal en la homilía, desde tiempo inmemorial tuvo como «acogedores y animadores a los feligreses de las parroquias de Bolturina-Ubiergo, Secastilla, La Puebla de Castro, acogiendo a los muchos peregrinos de las comarcas de la Ribagorza, Sobrarbe, Somontano, La Litera y de algunos pueblos más lejanos, que gozosos y alegres participaban en la santa Misa y el rezo del santo Rosario como despedida de ese encuentro celebrativo». Mairal, vecino de Artasona, rememoró su niñez y adolescencia, «ya seminarista, colaborando con mosén Antonio Olivera, ayudando, cantando, rezando en honor de la Virgen de Torreciudad».

Antes de la bendición final, don Ángel quiso dirigirse brevemente a los presentes para «con humildad y sencillez, afirmar que hemos procedido – en relación con el nombramiento del nuevo rector- siempre de forma colegial, acorde a Derecho, pero sobre todo intentando impulsar ese Proyecto Mariano Evangelizador que tantas veces habéis visualizado con vuestras peregrinaciones. Pese al ruido mediático que pretende enfrentarnos y embarrar la situación, desde el Obispado de Barbastro-Monzón siempre encontraréis la mano tendida. Siempre la hemos tenido a la Prelatura para ayudar a que se regule cuando antes la situación jurídica, canónica y pastoral«.

Mons. Pérez Pueyo quiso evocar su homilía del pasado 26 de junio, fiesta de san Josemaría, en la que recordó una anécdota de este santo barbastrense. «Me contó don Javier (Cremades), cuando comí con él poco después de llegara esta diócesis: Aprite le finestre. Era una canción que san Josemaría tarareaba. Abrid las ventanas. Hoy me atrevo con sencillez y todo el cariño a invitaros a cantar desde el fondo del corazón: abrid las ventanas, es primavera. Hoy el Señor os invita a los que estamos aquí y a los que venís de fuera a sentir que la Iglesia os necesita. Por lo tanto yo dejo estas dos palabras: oportunidad y regularizar. No hay más. Que la Virgen de Torreciudad nos ayude a mirar más lejos, más alto«, concluyó para lanzar tres vivas a la Virgen. Los asistentes le despidieron con aplausos.

Tras la eucaristía, solemnizada por la Coral Barbitanya, dirigida por Paloma Manau y acompañada al órgano por Maite Aranzabal, los asistentes iniciaron la romería hasta la ermita santuario rezando el Rosario, con la Virgen portada a andas. El canto de los antiguos Gozos y las ofrendas de productos de la tierra dieron paso al ofrecimiento de 28 niños a la Virgen, pesados en una cesta de mimbre sobre los brazos de una antigua báscula. Como marca la tradición, los padres ofrecen el equivalente al peso de sus retoños en productos de la zona. Todos ellos se entregan a Cáritas Diocesana de Barbastro-Monzón.

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