El nuncio de Su Santidad en España, Mons. Bernardito Auza, está realizando una visita de carácter privado de dos días a la Diócesis de Tarazona con motivo de la celebración de San Ezequiel Moreno, cuya festividad se conmemora hoy, 19 de agosto. El nuncio apostólico responde así a la invitación que le hizo el obispo de Tarazona, Mons. Eusebio Hernández Sola, hace un par de años y que no pudo ser atendida antes debido a la pandemia del coronavirus. Mons. Bernardito Auza está acompañado por el consejero de Nunciatura, Mons. Daniele Liessi.
Para celebrar la festividad de San Ezequiel Moreno, el representante en España del Papa ha presidido una eucaristía en el Convento de los Agustinos Recoletos -orden a la que perteneció el Santo y de la que también forma parte el obispo de Tarazona- en Monteagudo (Navarra) a escasos kilómetros de Tarazona. Este año además se cumple el 500 aniversario de la evangelización de Filipinas, país natal de Mons. Bernardito Auza.
En la eucaristía han participado Mons. Angel San Casimiro, el Superior General de los Agustinos Recoletos, P. Miguel Miró, el Prior Provincial, P. Sergio Sánchez, Prior de la comunidad de Monteagudo, los religiosos y los novicios y sacerdotes de la Diócesis de Tarazona.
Al inicio de la misa, Mons. Eusebio Hernández Sola se ha dirigido al nuncio para explicarle la relación del Santo con la Diócesis de Tarazona. «Aunque estemos fuera hoy de la Diócesis de Tarazona» -ha dicho el prelado- «debo decirle que San Ezequiel Moreno, nació en Alfaro y murió en Monteagudo, ambos pueblos pertenecientes a esta diócesis en aquel tiempo, y de ahí que en el altar de la catedral de Tarazona quisiera poner sus reliquias».
500 AÑOS DE LA EVANGELIZACIÓN DE FILIPINAS
El prelado también se ha referido a la importancia que Filipinas tuvo para San Ezequiel, al que ha calificado como un «verdadero y gran misionero» en el país asiático. «Su celo pastoral en Mindoro, Paragua, Manila» -ha continuado- «fue desbordante durante los 16 años que misionó en aquellas islas», y ha recordado que «este año celebramos los 500 años de la evangelización de aquel querido y amado país, donde los agustinos recoletos escribieron la más bella historia de la recolección» por lo que es «oportuno»-ha añadido- «recordar la figura de este insigne misionero».
D. Eusebio ha subrayado el conocimiento del nuncio sobre la acción misionera de los Padres Agustinos en su tierra y el inmenso interés con el que vive la celebración del aniversario de la evangelización de su país. El obispo de Tarazona ha finalizado su intervención manifestando su seguridad sobre la felicidad del Santo por que un «distinguido filipino, el Representante del Papa en España» presida su fiesta.
Por su parte, el nuncio apostólico se ha referido a la figura de San Ezequiel Moreno, «muy querido en mi país, Filipinas» de quien ha destacado su celo misionero y sus grandes iniciativas en la misión evangelizadora tanto en Filipinas como en Colombia -donde fue obispo-, «tan grandes como su corazón». Del Santo ha dicho también que su entrega a la iglesia más necesitada ha sido siempre reconocida y ha recordado como ya enfermo decidió volver a Monteagudo, «para morir bajo el manto de la Virgen del Camino». Mons. Berardito Auza ha tenido unas palabras de agradecimiento a los agustinos recoletos por su ingente labor misionera en su país y en otros.
El Superior General de los Agustinos Recoletos, P. Miguel Miró, ha dirigido unas palabras de agradecimiento al nuncio por su visita en este día tan especial para la orden y ha resaltado la estrecha y antigua relación de estos religiosos con Filipinas y la misión.
Tras la misa, Mons. Bernardito Auza ha tenido la ocasión de visitar la tumba de San Ezequiel Moreno y ha conocido sus habitaciones privadas. La visita al Convento de los Agustinos Recoletos en Monteagudo ha finalizado con una comida de hermandad.
SAN EZEQUIEL MORENO
San Ezequiel Moreno nació el 9 de abril de 1848 en Alfaro (La Rioja), localidad que en esos años al igual que la de Monteagudo, pertenecía a la Diócesis de Tarazona. Desde muy niño descubrió su vocación a la vida religiosa y el 21 de septiembre de 1884 ingresó como religioso en el convento de los agustinos recoletos en Monteagudo (Navarra). Partió hacia Filipinas en 1870 y al año siguiente, en 1871, fue ordenado sacerdote en Manila. En este país pasó varios años donde realizó una destacada labor misionera y llegó a ocupar el cargo de capellán castrense de la isla de Palawan, en el archipiélago filipino de las Visayas. Al regresar a España ocupó el cargo de prior del Monasterio de Monteagudo y partió de nuevo hacia Colombia donde fue nombrado obispo de Pasto. Tras enfermar de cáncer, vuelve a España en 1905 para ser operado. Al año siguiente fallece en el Monasterio de Monteagudo.
VISITA A CALATAYUD Y TARAZONA
Esta mañana, antes de la misa por San Ezequiel, el nuncio, ha conocido las instalaciones del Palacio Episcopal, donde ha visitado las dependencias recientemente abiertas al público y también el Salón de Obispos, en el que se encuentran los retratos de todos los prelados. Después, y siempre acompañado por el consejero de Nunciatura, y junto a D. Eusebio y al alcalde de Tarazona, Luis José Arrechea, ha realizado un recorrido por la S.I Catedral de Tarazona, que este año conmemora el décimo aniversario de su reapertura y ha podido conocer todas las riquezas que alberga. También ha estado en el archivo catedralicio donde ha contemplado algunos de los valiosos ejemplares que se custodian en él.
La visita del nuncio del Papa en España a la Diócesis de Tarazona comenzó ayer, miércoles 18 de agosto, en Calatayud, donde fue recibido por el obispo de Tarazona, Mons. Eusebio Hernández Sola.
En la ciudad bilbilitana visitó las parroquias de San Juan el Real y la Real Basílica Colegiata del Santo Sepulcro, único templo de la diócesis con el título de basílica que le fue otorgado por el Papa a finales del año pasado. En ambas iglesias escuchó las explicaciones de sus responsables sobre la historia y el importante arte que ambas cobijan. En Calatayud tuvo la oportunidad de saludar al alcalde de la localidad, José Manuel Aranda.
La última etapa de este viaje tendrá lugar esta tarde el Monasterio de Veruela y finalizará con una cena con sacerdotes en el Seminario diocesano de Tarazona.