En la Parroquia de Cristo Rey, ubicada en el barrio zaragozano de las Fuentes, se han tomado muy en serio la cultura del encuentro y del cuidado del entorno. Se trata de un barrio conformado básicamente por personas mayores y personas migrantes que viven el drama común de la soledad. Intentando responder a esta realidad, la comunidad ha focalizado sus esfuerzos en hacer de la sede parroquial una casa que acoge a todos y un lugar de encuentro. Conscientes de todas las dificultades que sobrevendrían, se lanzaron con temeridad e ilusión a promover actividades para derribar los muros del prejuicio multicultural, generar relaciones entre jóvenes y mayores, y despertar la sensación de hogar en las personas que se acercan.
El proyecto “Koinonía” surge con iniciativas pequeñas pero significativas: un vermut solidario al acabar la misa mayor de los domingos y la limpieza y cuidado de los espacios parroquiales; entre ellos, un jardín y un antiguo huerto. Para la rehabilitación y puesta en marcha de estos espacios, la comunidad lanzó la Campaña #SembrandoVida, con la finalidad de recaudar algo de dinero para la restauración a través de una plataforma de Crowdfunding. Es así como una empresa privada de gran prestigio nacional e internacional se interesó en apoyar este proyecto mediante un donativo que suponía la compra total de los materiales requeridos. A través de la intervención del Arzobispado, se logró diseñar un espacio comunitario flexible, abierto y acogedor que evoca el cuidado de la tierra a través de huertos urbanos e invita al encuentro con la comunidad.
Este nuevo espacio está diseñado para promover actividades de encuentro y colaboración, específicamente aquellas que ayuden a desarrollar algún oficio y hacer uso provechoso del tiempo libre como una “excusa” para poner en práctica el cuidado por la Casa Común y disminuir la sensación de soledad. En este lugar de encuentro coinciden la inclusión, la interculturalidad y el vínculo entre generaciones, respondiendo a una necesidad y a un sueño, porque Dios, cuando quiere que brote algo nuevo según la creatividad de su Espíritu, lo hace posible y nos provee de lo necesario.
En esta parroquia son testigos día a día de estos milagros escondidos y de una constatación muy evidente de que Dios quiere construir su reino desde la acogida sincera y la creatividad, aun en medio de las dificultades e incomprensiones, y esto ha despertado un gran interés por acercarse a una parroquia “casa entre las casas”, revitalizándose a pasos agigantados.
Fernando Ruiz Alonso
Presidente de la asociación ‘Peregrinos de la Esperanza’