Juan Manuel Burgos, fundador y presidente de la Asociación Española de Personalismo, impartió este martes en Zaragoza una conferencia titulada ‘Cristianismo en una España secularizada’. El encuentro, que tuvo lugar en el Centro Regional de Estudios Teológicos de Aragón (CRETA), comenzó a las 17.00 h. y reunió a decenas de alumnos y oyentes interesados.
Juan Manuel Burgos es doctor en Física por la Universitat de Barcelona y profesor titular de Filosofía, en la CEU San Pablo de Madrid. Y durante los últimos años, ha desarrollado su propio método: la experiencia integral. Actualmente, dirige el nuevo Máster online Karol Wojtyla / Juan Pablo II, cuyo plazo de matrícula cierra el próximo 15 de diciembre.
España atraviesa una época de cambios, ¿en qué consiste exactamente esta novedad?
Nos encontramos un reto, porque la sociedad española se está secularizando. Además, por el cambio hacia una mentalidad no sólo secularizada sino antirreligiosa. Esta es, un poco, la situación actual, que es más problemática.
¿Qué papel puede jugar la Filosofía ante este reto?
La Filosofía juega un papel en la forma de pensar. Entonces, la Filosofía influye también en procesos, tanto de secularización como de cambio, o de salida de este proceso. Depende de la dirección que se le quiera dar a esta reflexión.
Observando la programación de las instituciones educativas, nos encontramos con un menor peso de las disciplinas filosóficas. ¿Cómo concienciar de lo que realmente significan para el crecimiento personal?
Yo creo que la Filosofía proporciona, sobre todo, espíritu crítico, que es algo muy importante en nuestra sociedad. Porque, teniendo en cuenta el nivel de superficialidad de la formación, del entretenimiento, estamos generando sociedades y jóvenes muy adocenados que piensan que son libres, pero al final están repitiendo exactamente lo que hacen todos. La filosofía, quieras que no, obliga a pensar, obliga a revisar, obliga a criticar… Y creo que eso es un gran servicio social que hace la Filosofía.
“El cristianismo tiene que adaptarse y crear nuevos productos en relación con el mundo en el que nos encontramos”.
Como cristianos, has hablado de la importancia de ser creativos y de dar testimonio claramente. ¿Cómo podríamos concretarlo en nuestro día a día?
Creo que lo que ocurre es que el cristianismo actual tiene que procurar ser más creativo, por un lado. Porque el mundo cambia rápidamente. Por lo tanto, si queremos que el cristianismo esté presente en la sociedad, también el cristianismo tiene que adaptarse y crear nuevos productos en relación con el mundo en el que nos encontramos.
Por otra parte, hay que valorar lo que tenemos. He comentado en la conferencia que buena parte de los grandes filósofos españoles del siglo XX son cristianos; y buena parte, por ejemplo, de los grandes poetas del s. XX español, buena parte de la Generación del 27, son cristianos. Entonces, tampoco podemos pensar que no existe una cultura católica, sino que a veces, quizá, simplemente, no la conocemos o no la difundimos. Creatividad pero también reconocimiento de lo que ya existe.
¿Qué ofrece esta cultura católica al joven de hoy?
La cultura católica ofrece la visión del mundo del catolicismo a través de la realidad cultural. Esta visión es positiva, es creativa, es la potenciación del amor, de la compasión… Todo eso lo recibimos por una vía estrictamente religiosa. Pero también lo recibimos, y quizá de una forma más eficaz, a través de la cultura.
Cuando eso no lo tenemos, de alguna manera, la cultura se vuelve inhumana y se vuelve salvaje. Porque esos valores propios del cristianismo van desapareciendo del contexto cultural. Y quizás, un poco, eso es lo que nos estamos encontrando actualmente. La ley de la eutanasia podría ser un buen ejemplo.
«Estamos en un punto en el que hay que intentar revertir esta situación».
¿Desde qué punto de vista puede ofrecerse una vía de praxis para este planteamiento?
Casi diría que las vías de la praxis son infinitas. O muy variadas. No existe una vía de praxis única. Para empezar, dependerá de cuáles son las características personales: capacidades, recursos, etc. Creo que sí estamos en un punto en el que hay que intentar revertir esta situación. Revertir, sobre todo, esa imagen tan negativa que se está generando de “lo religioso”, porque ese es un camino peligroso que, en parte, ya hemos recorrido en España de manera muy negativa.
En positivo, ¿alguna solución?
Sí. Toda la idea de la creatividad cultural. A nivel filosófico, yo he trabajado mucho el tema del personalismo. Ahí encontramos, en el contexto filosófico (es en el que yo más me muevo), unas referencias contemporáneas, cercanas, del siglo XX, en las cuales hay una antropología novedosa, con temas muy cercanos a la persona (afectividad, interpersonalidad, corporeidad). Hay todo un mundo antropológico del cual se puede rescatar muchísimo, tanto para comprendernos nosotros como para transmitir valores a la sociedad.
