En el centro de la Santa Capilla, con una procesión simbólica de palmas y ramos, para conmemorar la entrada triunfal del Señor en la ciudad santa de Jerusalén. Así ha comenzado este domingo, 5 de abril, a las 12.00 horas, la misa de la Pasión del Señor, presidida por el arzobispo de Zaragoza, D. Vicente Jiménez Zamora, en la catedral basílica de Nuestra Señora del Pilar, a puerta cerrada y retransmitida a través de la web 24horasconlavirgendelpilar.es. 
«Este año la Semana Santa está atravesada especialmente por el dolor y la cruz de tantos cristos encarnados, que sufren en el cuerpo y en el alma, en los hospitales y en sus casas, el drama de la pandemia del coronavirus, Covid-19, en la esperanza de una vida nueva en la Pascua florida de este año 2020″, ha señalado en su homilía monseñor Jiménez Zamora, quien ha subrayado que «Dios, a través de Jesús, está presente en nuestro dolor y en nuestra muerte, ofreciendo esperanza y vida».
El arzobispo de Zaragoza, que ha pedido que el Señor conceda «salud a los enfermos, fortaleza al personal sanitario, consuelo a las familias y la salvación a las víctimas que han muerto», ha invitado a desconectar WhatsApp y apagar la televisión en algunos momentos de estos días para «meditar los relatos de la Pasión del Señor, que ha convertido a tantos santos».
Asimismo, ha animado a «mirar con paz al Crucificado y Resucitado, agradecer tanto amor de Jesús y seguir a Cristo por el camino de la cruz y de la luz».
Situación histórica y excepcional
Al igual que este domingo, los oficios de Semana Santa serán celebrados con solemnidad y estarán presididos por el Arzobispo, acompañado por el vicario general, Manuel Almor, y por el deán del Cabildo, Joaquín Aguilar. Actuarán como maestros de ceremonias los canónigos Ignacio Ruíz y José Ramón Cavada, ocupándose de la parte musical el maestro de capilla José María Berdejo.
Se trata de un hecho histórico, ya que no consta que en ningún otro momento se hayan celebrado todos los oficios litúrgicos de la Semana Santa en la Santa Capilla y a los pies de la Virgen del Pilar. La tradición hacía obligado que el Arzobispo celebrase los pontificales de estos días en los altares mayores de las catedrales del Pilar y del Salvador —la Seo—.
