Don Damián Iguacen cumple medio siglo como obispo

Diócesis de Barbastro-Monzón
10 de octubre de 2020

El domingo, 11 de octubre, el obispo don Damián Iguacen celebrará sus bodas de oro episcopales. El pasado 12 de febrero don Damián cumplió 104 años, y el 21 de junio, fiesta de San Ramón obispo, se convirtió en el obispo más longevo de toda la Iglesia Católica.

Fue obispo de la diócesis de Barbastro de 1970 a 1974. En el episcopologio inédito de la Diócesis de Barbastro, de Mariano Orús, se dice: “La diócesis de Barbastro siempre tendrá que agradecer a D. Damián su trabajo en pro de la supervivencia y ampliación del Obispado, amenazado una vez más de supresión… Este obispo, entregado por completo a su misión episcopal, es hombre sin presunción, de pensamientos claros y firmes, de juicios agudos, de proceder discreto y de vivir sencillo; ama la pobreza y la vive”.

Hace 50 años en la víspera de la festividad del Pilar, también era domingo aquel año, don Damián fue consagrado obispo. Fue el primer obispo diocesano que se consagraba en la Catedral de Barbastro de la que había tomado posesión personalmente ese mismo día. Para los que piensen que todo esto es una curiosa casualidad que sólo da para ponerla como noticia de relleno en el periódico sin ninguna reflexión más, ya pueden dejar de seguir leyendo. Yo creo que da para algo más: como poco, es un motivo para dar gracias a Dios por haber concedido a don Damián poder llegar a celebrar este 50 aniversario episcopal y por el servicio y el beneficio que este obispo ha llevado a todas las comunidades diocesanas que le han sido encomendadas. En nuestro caso tan significadamente por haber sido consagrado obispo en la Catedral de Barbastro.

A lo largo de estos 50 años, don Damián ha dejado publicadas numerosas obras y Cartas pastorales que son verdaderas catequesis que forman en la fe y que también alimentan el alma. En un aniversario como éste me quiero detener en unas palabras de aquella primera exhortación pastoral que como obispo dirigió a sus diocesanos barbastrenses, sacerdotes, religiosos y laicos el mismo día de su consagración episcopal. Es la siguiente frase que repitió hasta tres veces: “Que el corazón del obispo y del pueblo tengan un mismo querer”.

Enrique Padrós Español. Delegado diocesano de Cofradías

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