Más de 300 jóvenes que acompañan a jóvenes celebraron este fin de semana en Madrid la XVIII edición de la Escuela de Pastoral con el lema “EnRedAndoNos”. Se trata de una iniciativa intercongregacional coordinada por una docena de instituciones eclesiales: Adsis, Salesianos, Marianista, Escolapios, La Salle, Vedrunas, Jesuitinas, Teresianas, Acción Católica, así como las diócesis de La Rioja y León. Durante dos días de encuentro, los participantes compartieron y profundizaron en la dimensión sinodal del trabajo pastoral a través de una ponencia marco, además de diferentes talleres y una mesa redonda final, el domingo, que contó con la participación del obispo de la diócesis de Teruel y Albarracín, Antonio Gómez. El relato de los discípulos de Emaus fue el nexo de unión de toda la escuela en esta edición. A través de diferentes pasajes, los jóvenes miembros de la Escuela de Pastoral representaron así el proceso de camino de la Fe, de cambio y transformación.
El salesiano Koldo Gutiérrez, miembro de la coordinadora de la Escuela, dio la bienvenida y destacó que la sinodalidad se construye en la relación con el otro y que experiencias como la de la Escuela de Pastoral, “donde se han dado cita catequistas de 36 instituciones diferentes, constituye una oportunidad para crecer y seguir tejiendo redes eclesiales”. Durante la mañana del sábado, Jorge Serra, hermano de La Salle, condujo la ponencia central de esta edición con el título “Dejándonos en-red-ar. ¿Te implicas y complicas?”. Jorge, partiendo de la experiencia personal, propuso dos modelos de acción pastoral según la implicación de cada uno, diferenciando el que “participa” y el que “se da”. Destacó en su intervención que “todos somos fruto de un montón de cosa gratuitas” y que la vocación o implica gozo “o no es vocación”. “Eso no significa que todo sea fácil y bonito, pero el gozo constituye un criterio de discernimiento”, afirmó en su intervención.
Un concierto testimonio del rapero Grilex puso en pie al auditorio y cerró la mañana del sábado. Ya por la tarde, los asistentes participaron en los talleres de experiencias que, a partir de los recorridos propuestos por el papa Francisco en la Christus Vivit, mostraban diferentes prácticas de Fe con jóvenes. Un total de 17 talleres llevados a cabo por otras tantas organizaciones, ofrecieron diversos testimonios como el de la acogida de las Hijas de la Caridad, la pastoral penitenciaria o la labor social en clave de no violencia de Pan Bendito. Una oración de Taizé al final de tarde sirvió para recoger todo lo vivido ese día.
El domingo por la mañana tuvo lugar, después de la oración, una mesa redonda de jóvenes con Antonio Gómez, obispo de Teruel y Albarracín. Gómez destacó la importancia del papel de los jóvenes. “La Iglesia os necesita –afirmó en una de sus intervenciones–, si no hubiera jóvenes en la Iglesia, nos quedaba veinte minutos de vida”. El obispo destacó la perversión de los modos de relación capitalista de nuestra sociedad. “Menos es suficiente, no más”, explicó y reivindicó la necesidad de vivir “con sencillez y simplicidad”.
En el coloquio informal también participaron jóvenes de la Escuela de Pastoral y María Ramírez del Consejo de la Juventud, que expresó la necesidad de que los jóvenes estén presentes en todos los ámbitos de la sociedad, “también en la Iglesia”. La emergencia climática, la crisis humanitaria, el Papa Francisco, el papel de la mujer o el reto vocacional fueron asuntos abordados de forma distendida por los participantes a la tertulia y que dieron juego a un breve pero intenso diálogo con el público. La eucaristía final de envío, presidida por el obispo, puso en valor la fuerza de una “Iglesia en Salida”, “sin miedo a enredarse con otros en el anuncio de la buena nueva del Reino”.