Don Ángel: «Hoy queremos ser todos nosotros Santa Rosa de Osos»

Ascen Lardiés
11 de julio de 2023

«Hoy queremos ser todos nosotros Santa Rosa de Osos, hoy nuestra diócesis está de luto», afirmó el obispo de Barbastro-Monzón, Mons. Ángel Pérez en la eucaristía por el eterno descanso de Mons. Elkin Fernando Álvarez Botero, obispo de la diócesis colombiana fallecido el pasado 8 de julio. Una veintena de sacerdotes concelebraron la santa misa y, junto a fieles de toda la diócesis, arroparon a Joaquín Trujillo y Julián Sepúlveda que desde Santa Rosa de Osos vinieron a ejercer su ministerio a nuestra tierra, como antes lo hicieran Juan Diego Tamayo, Edbin Alberto Salazar, Rubén Darío Sosa, Luis Fernando Rojas, Román Imeldo Echevarría y Jaime Albert Rivera.

A todos ellos agradeció don Ángel su entrega «gracias a un pastor que sabía que la Iglesia no es su pequeña parcela, sabía de su universalidad, de generosidad». Evocó su reciente visita a nuestra diócesis, en abril pasado, en la que comprobó «la misma ilusión y esfuerzo evangelizador». Finalmente manifestó estar seguro de que «monseñor Elkin le habrá hablado de Barbastro-Monzón al Padre y pidió por los desvelos y esfuerzos, y por estos sacerdotes que con tanta generosidad nos ha regalado«.

Una imagen del prelado colombiano presidió la ceremonia, solemnizada por los cantos de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados, y que abrió Julián Sepúlveda -delegado de Celebración de Barbastro-Monzón-, con una exposición sobre las características de Santa Rosa de Osos y la biografía del que fuera su prelado desde 2020. «Un tiempo corto pero fecundo por su sencillez, humildad, prudencia y cercanía a las comunidades parroquiales, a los sacerdotes y a los religiosos, su impulso misionero y el respaldo a la pastoral social y plan de evangelización. Será su legado, pero lo será sobre todo cómo exhortó desde su predicación a poner los ojos en Jesús», resumió. «Nos consta que se marchó de Barbastro con el compromiso de continuar su colaboración con esta diócesis hermana», añadió en referencia a la visita de abril.

En la misma línea cerró la eucaristía Joaquín Trujillo -arcipreste del Somontano y moderador de la Unidad Pastoral de Barbastro-, recordando que «somos una misma Iglesia, una porción del Pueblo de Dios, a casi 10 mil kilómetros de distancia. Y desde aquí sentimos el dolor de nuestra diócesis, porque un obispo es padre y pastor«. Afirmó que le impresionó la «historia martirial de Barbastro-Monzón, el proceso pastoral, la acogida que nuestro obispo, los sacerdotes y fieles le dispensaron. Por todo estoy hay que dar gracias y porque el Señor lo consideró llamado para vivir la eternidad, para alcanzar esa gloria que todos deseamos». Trujillo agradeció a todos el acompañamiento, expresión viva de la fraternidad.

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