El próximo domingo, 22 de octubre, celebramos la Jornada Mundial de las Misiones, más conocida como el Domund.
Esta jornada es un evento anual que se celebra en la Iglesia para promover la solidaridad y el apoyo a las misiones en todo el mundo. Un día especial que nos invita a reflexionar sobre la importancia de extender el amor y la ayuda al prójimo, especialmente a través del trabajo misionero.
«Corazones ardientes, pies en camino»
El lema de este año es «Corazones ardientes, pies en camino». Solo el encuentro con el Resucitado ilumina nuestra vida y hace arder nuestro corazón. Lo han experimentado los misioneros y misioneras, quienes, con su corazón ardiente, nos muestran el camino hacia los hermanos más pobres y necesitados, y la presencia del Señor vivo en medio de ellos.
Ese encuentro personal con Cristo hace que los ojos de las personas se abran y mueve a la acción. Así, los misioneros se ponen en camino y entregan su vida para que el Evangelio llegue a todos los rincones del mundo.
Datos del Domund
Los 1.122 territorios de misión, dependen de las ayudas del Domund. La Iglesia apoya equitativamente a todas las misiones, sin importar la congregación o nacionalidad de sus misioneros, cuidando de una manera especial aquellas que tienen más necesidades.
La Jornada Mundial de las Misiones, el Domund, se celebra en todo el mundo. 120 países organizan sus colectas y las ponen a disposición del Santo Padre que pasan a formar parte del Fondo Universal de Solidaridad de la Obra Pontificia de la Propagación de la Fe ?responsable del Domund?.
La Asamblea General de OMP, por encargo del Papa, mira las necesidades y distribuye las ayudas, gran parte de las aportaciones sostienen las necesidades ordinarias de los territorios de misión. También se apoyan proyectos extraordinarios para llevar adelante la evangelización y la promoción humana.
Historia de la jornada
La Jornada Mundial de las Misiones fue establecida en 1926 por el Papa Pío XI como respuesta a la necesidad de apoyar y difundir la labor misionera de la Iglesia en diferentes partes del mundo. Desde entonces, se celebra el penúltimo domingo de octubre de cada año.
Durante esta jornada, se alienta a los fieles a rezar y reflexionar sobre la importancia de las misiones, así como a colaborar generosamente con donaciones económicas para financiar proyectos misioneros. Además, se busca crear conciencia sobre las necesidades de las comunidades más desfavorecidas, así como fomentar el espíritu misionero en los fieles y en los jóvenes, para que se sientan llamados a participar activamente en la evangelización y en el servicio a los demás.
Objetivo del Domund
La Jornada Mundial de las Misiones también destaca la labor de los misioneros, hombres y mujeres valientes y dedicados que dejan sus hogares y se arriesgan a vivir en contextos culturales y sociales diferentes para llevar el mensaje del Evangelio y ayudar a los más necesitados. A través de su trabajo, los misioneros brindan asistencia médica, educación, apoyo comunitario y espiritual a las comunidades locales, contribuyendo así a la construcción de un mundo más justo y solidario.
La Jornada Mundial de las Misiones es una oportunidad especial para recordar y fortalecer nuestro compromiso de amor y servicio hacia los demás. Nos invita a ser misioneros en nuestras propias vidas, extendiendo el mensaje de amor y esperanza a través de nuestras acciones diarias. Al igual que los misioneros que dedican sus vidas para ayudar a los más necesitados, también podemos contribuir a la construcción de un mundo más justo y solidario desde nuestro entorno más cercano.
Esta jornada nos recuerda que todos podemos ser misioneros en nuestra propia manera, ya sea a través de la oración, las donaciones económicas, el servicio comunitario o simplemente siendo una buena influencia en nuestro entorno. La Jornada Mundial de las Misiones nos motiva a extender el amor y la ayuda al prójimo, dejando una huella positiva en el mundo y compartiendo el mensaje de esperanza y salvación.