Domingo 10º, tiempo ordinario: 9 de junio de 2024

Raúl Romero López
3 de junio de 2024

Todo aquel que hace la voluntad de Dios, ése es mi hermano, mi hermana y mi madre.

INTRODUCCIÓN

“No hemos de vivir la fe desde un particularismo provinciano”. Ser católico es alabar, celebrar y dar gracias a Dios por la salvación universal que se ofrece a todos. Jesús lo vive todo desde ese horizonte amplio donde caben todos. Según el relato de Marcos, cuando le hablan de su madre y sus hermanos, Jesús responde ensanchando su mirada ante todos los que viven fielmente ante Dios. Todo el que cumple la voluntad de Dios, ese es mi hermano y mi hermana, y mi madre”. (J.A. Pagola).

LECTURAS BÍBLICAS

1ª lectura: Gn. 3,9-15.           2ª lectura: 2Cor. 4,13-51

EVANGELIO

Marcos 3, 20-35

Y se juntó de nuevo tanta gente que ni siquiera podían comer pan. Cuando lo oyeron los suyos, vinieron para prenderlo, porque decían: «Está fuera de sí.» Pero los escribas que habían venido de Jerusalén decían que tenía a Beelzebú, y que por el príncipe de los demonios echaba fuera los demonios. Y habiéndolos llamado, les hablaba en parábolas: —¿Cómo puede Satanás echar fuera a Satanás?  Si un reino está dividido contra sí mismo, tal reino no puede permanecer. Y si una casa está dividida contra sí misma, tal casa no puede permanecer.  Y si Satanás se levanta contra sí mismo y se divide, no puede permanecer, sino que ha llegado su fin. «Nadie puede entrar en la casa de un hombre fuerte y saquear sus bienes, si antes no lo ata; solamente así podrá saquear su casa» De cierto os digo que todos los pecados y las blasfemias, cualesquiera que sean, les serán perdonados a los hijos de los hombres; pero el que blasfeme contra el Espíritu Santo, no tiene jamás perdón, sino que es reo de juicio eterno. Es que ellos habían dicho: «Tiene espíritu impuro.»
 Entre tanto, llegaron sus hermanos y su madre y, quedándose afuera, enviaron a llamarlo. Entonces la gente que estaba sentada alrededor de él le dijo: Tu madre y tus hermanos están afuera y te buscan. Él les respondió diciendo: ¿Quiénes son mi madre y mis hermanos? Y mirando a los que estaban sentados alrededor de él, dijo: Aquí están mi madre y mis hermanos, porque todo aquel que hace la voluntad de Dios, ése es mi hermano, mi hermana y mi madre.

REFLEXIÓN

La nueva familia de Jesús. Se trata de un relato construido con la técnica del emparedado (o sandwich). – Se inicia un tema 3,20-21 – Se introduce y desarrolla otro relacionado con el precedente (3,22-30). Se completa el primero. 3,31-35.

1.- El primer proyecto de Dios. Dios puso a nuestros primeros padres en un paraíso de delicias: Con ríos, con árboles, con praderas, con animales amigos del hombre. Para arrancar a Adán de su soledad, le dio a Eva por compañera. No era extraña sino salida de sus entrañas, de la parte más cercana al corazón. La respuesta de Adán fue de admiración, de asombro, de sorpresa. Lo expresa muy bien Milton en el paraíso perdido. Pone en boca de Adán estas palabras: “Di un salto, como si mi intención fuera llegarme hasta Él”. Este Adán enriquecido por el regalo de Eva, quiere saltar hasta Dios para agradecerle este divino don. Y no sólo eso, sino que el mismo Dios estaba tan feliz viéndolos felices, que bajaba a la brisa de la tarde a pasear con ellos”. (Gn. 3,8). Paz paradisiaca: con Dios, con ellos mismos y con toda la creación.

2.- Un proyecto arruinado por Satanás, “el fuerte”. Gn. 3,9-15). Es lo que aparece en la primera lectura de este Domingo: Adán, ¿dónde estás?  Sin Dios, el hombre está totalmente perdido. Les pasó a nuestros primeros padres y nos pasa también hoy a nosotros. El hombre de hoy es capaz de subir a la luna, pero no pisa tierra. Miles de niños se mueren de hambre. El hombre de hoy hace trasplantes de corazón todos los días, pero no es capaz de trasplantar amor. “Está desnudo”. Frase que usaban los profetas para hablar del día del juicio y significa: “angustia existencial”. Hombre roto y dividido por dentro. Hasta tal punto llega su angustia que ha caído en el pecado contra el Espíritu. Un pecado contra el E. Santo no es simplemente un hecho, sino una disposición espiritual permanente, es una ceguera culpable por sí misma, un resistirse a la acción salvadora de Dios. En tanto que un hombre persiste obstinadamente en su oposición a Dios, se excluye a sí mismo de la salvación.   “Aquel hombre que rechaza la gracia de Dios se comporta como un enfermo que rechaza la única medicina que es capaz de sanarlo”. (Belarmino).

3.– Un proyecto reconstruido totalmente por Jesús, “el más fuerte”.  Jesús nos habla en este evangelio de una “Nueva Familia” No basada en los lazos de la carne ni la sangre sino en la fe, en el aceptar la voluntad del Padre. Cuando alguien habla del Padre, se entrega al Padre, cumple la voluntad del Padre, Jesús se emociona, se estremece, se llena de gozo. Jesús se siente fuertemente atraído por él. Es como “la voz de la sangre”. Y a esta nueva familia pertenece, de un modo especial, su madre, la Virgen María. Nadie, como Ella, ha sabido cumplir la voluntad del Padre.  Aparentemente parece que Jesús es un tanto displicente con relación a su Madre. Pero sólo aparentemente. En realidad, ella va a ser la primera en fila de esta Nueva Familia. De esta manera, Jesús dilata las entrañas de su madre y sea así la madre de todo el Pueblo de Dios.  Ahora entendemos por qué Jesús rechaza aquel elogio a su madre de una sencilla mujer del pueblo: “Dichoso el vientre que te llevó y los pechos que te criaron” (Lc. 11,27). Jesús no quiere enmarcar a su Madre en las categorías tradicionales de “pechos y vientre”.  Ella escucha la Palabra de Dios, cumple lo que agrada a Dios, y se convierte en madre de todos los creyentes. «Dichosa tú, la creyente” (Lc. 1,45). María es grande por su fe. Y en la primera comunidad estaba presente en la venida del Espíritu Santo.  En aquellas primeras comunidades se daban escenas como ésta: «La multitud de los creyentes tenía un solo corazón y un solo espíritu. Nadie consideraba sus bienes como propios… daban testimonio de la Resurrección de Jesús. Todos gozaban de gran simpatía” (Hechos 4,32-33).  María no había subido todavía al cielo. Estaba presente en la tierra y dejó su huella en aquellas comunidades.

PREGUNTAS

1.- ¿Estoy convencido que Jesús es más fuerte que Satanás? ¿Creo que el bien ha de triunfar sobre el mal?

2.- ¿Qué lugar ocupa María en nuestras comunidades cristianas?  ¿La veo como la mujer comprometida con su fe?

Este evangelio, en verso, suena así:

La sociedad está enferma.

En su campo, la cizaña se

ha apoderado del trigo,

dejando sólo la paja.

El Espíritu nos brinda

un modo de “vida sana”

más alegre, noble y justa,

más libre, más solidaria.

El Espíritu nos cura

y nos presenta otra “escala

de valores” más humanos,

que Jesús ya puso en marcha

Dios nos creó por amor,

nos sostiene y acompaña

con amor. Es el Espíritu

el motor de nuestras almas.

Él nos ayuda a cumplir

su voluntad pura y santa.

El convierte nuestra vida

en una alegre alabanza.

Cuando el Espíritu Santo

penetra en nuestra morada,

somos “los hijos de Dios”,

su gran familia soñada.

Con este huésped divino

se colma nuestra esperanza;

y Jesús es “nuestra madre,

nuestro hermano y nuestra hermana”

(Compuso estos versos José Javier Pérez Benedí)

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