Este martes santo, como es tradicional, se celebró la Misa Crismal en nuestra Catedral de Teruel, que estuvo presidida por don José Antonio Satué, nuestro Obispo.
Acompañado por el presbiterio diocesano, don José Antonio consagró el Santo Crisma y bendijo los demás óleos. Con el Santo Crisma consagrado por el obispo se ungen los recién bautizados, los confirmados son sellados, y se ungen las manos de los presbíteros, la cabeza de los obispos y la iglesia y los altares en su dedicación. Con el óleo de los catecúmenos, estos se preparan y disponen al Bautismo. Con el óleo de los enfermos, éstos reciben el alivio en su debilidad.
En la homilía, don José Antonio, recordó un par de vivencias que vivió durante la Ordenación Diaconal de Alfonso Torcal hace unas semanas, y que le llevaron a pensar que los sacerdotes «no somos conscientes de que Dios pone en sus manos sus tesoros más preciosos«, y que en el día de renovar sus promesas «es vital, queridos sacerdotes, que reconozcamos estos tesoros«.
Don José Antonio finalizó animando a los sacerdotes para vivir su ministerio con generosidad:
… con alegría, con esa caridad pastoral que nos lleva a entregarnos a la Iglesia, como Jesús y con Jesús. No nos conformemos cumpliendo con lo mínimo, así no alimentamos el alma de los feligreses ni nuestra propia alma
