Muchas veces celebramos fiestas, conmemoraciones, aniversarios como por obligación, por compromiso, una fecha que nos ha llegado al mirar el calendario pero que no sentimos como propia, hay que hacerlo para cumplir… otras veces, como en el caso del centenario de las teresianas en Teruel, se ve que toda una comunidad se ha volcado en su organización, participando, colaborando… Y cuando las cosas se hacen así se nota.
Este fin de semana pasado fueron los actos del centenario, comenzaron el viernes con un encuentro cultural en el patio del obispado, en el que se repasaron estos cien años de camino. Estuvieron presentes Consuelo Flecha, Doctora en Ciencias de la Educación por la Universidad Complutense de Madrid, y Catedrática de Historia de la educación en la Universidad de Sevilla, y Raquel Osorno, directora de la Red de Centros Educativos de la Institución Teresiana en España. Ellas nos mostraron a los asistentes aspectos relevantes de la pedagogía de Poveda en nuestra realidad actual.
Por la noche vino uno de los platos fuertes de la festividad, se representó en un Teatro Marín abarrotado la obra Victoria Díez, una idea y guión de Luis Arturo Giménez, con dirección escénica de Diego Collados y magnífica interpretación de Raquel Vicente. Fue una delicia ver como con cariño y trabajo, mucho trabajo, se pueden hacer representaciones tan espléndidas.
Y el sábado tocó dar gracias a Dios, en la Catedral de Teruel se celebró una Eucaristía por estos cien años de la Institución Teresiana entre nosotros, don Antonio presidió la celebración y finalizó su homilía recordando las palabras del beato Pedro Poveda:
Vosotros, pues, aplicando todo cuidado, juntad a vuestra fe, virtud, y a la virtud, ciencia. Y a la ciencia templanza, y a la templanza, paciencia, y a la paciencia, piedad. Feliz centenario y gracias de corazón por seguir estando aquí con nosotros