La historia de la Hna. Mar Camargo ERC (1977) es apasionante. Una joven madrileña apasionada del cine y la TV se encuentra con Dios en unos Ejercicios Espirituales, por medio de ese regalo que hizo san Ignacio de Loyola a la Iglesia Universal. Entrega su profesión como comunicadora y se convierte en religiosa, a sus treinta años. 18 más tarde, dirige el retiro para jóvenes organizado por la Pastoral Juvenil y Vocacional de la archidiócesis zaragozana. Lo ha hecho del 2 al 4 de febrero, en la Casa de Espiritualidad “Santos Ángeles” de Zaragoza.
¿Cómo acaba una operadora de cámara que graba Gran Hermano 1 dirigiendo unos ejercicios espirituales para jóvenes en Zaragoza?
Bueno, la verdad es que esta pregunta no tiene una respuesta rápida. Es todo un proceso. Yo soy Esclava de Cristo Rey. Es un proceso largo donde yo me encuentro con Jesús en mi vida diaria, en mi trabajo. Yo era cámara de TV y para mí es algo normal, aunque suene un poco llamativo, que una religiosa haya sido cámara. Era lo que me gustaba, lo que estudié. Luego, me puse a trabajar. Claro sí, grabé Gran Hermano 1, Gran Hermano 2, estuve en Canal +, en los guiñoles, y lo último que hice fue Madrid Directo, en TeleMadrid.
En mi trabajo, Dios se hace presente también. La experiencia de Ejercicios Espirituales fue lo que a mí me cambió la vida, pero también las experiencias y los acontecimientos de la vida. Me tocó también vivir el atentado en Madrid, el 11M. Y estar presente allí, cubrir la noticia, para mí fue también una llamada de atención: “¿Qué es lo que quieres: plasmar el sufrimiento de la gente, solamente, o estás llamada a consolar el corazón de esos que sufren?”. Entre mi vida de oración y de parroquia -colaboraba en Pastoral Juvenil y acompañaba a otros-, vas viendo que, a lo que estás llamada es también a consolar y a poner en contacto con Jesús. Eso lo descubro en los Ejercicios Espirituales, básicamente. Muy brevemente, esa es la respuesta a cómo termina una cámara de TV siendo religiosa.
¿Cómo acabo dándolos yo aquí? Porque, para mí, lo que me ha cambiado la vida ha sido esto y vibro mucho con esta experiencia. Y soy testigo, día a día, de lo que los Ejercicios pueden hacer en la vida de los jóvenes.
Llevas veinte años dando ejercicios. ¿Cómo has percibido el desarrollo de este fin de semana en el caminar de los treinta jóvenes que te han estado escuchando?
Se va viendo, a través de las generaciones, y de lo que va aconteciendo, que a la gente le cuesta más cada vez hacer silencio. Hace veinte años casi no existían los teléfonos inteligentes o el WhatsApp. Todos teníamos más capacidad de introspección. Hoy en día a la gente le cuesta mucho. Pero percibo que, cuando se ponen a tiro del Señor y empiezan a gustar el silencio, se dan cuenta de que allí hay mucha riqueza. Pero, hasta llegar allí, es un proceso lento.
Estos Ejercicios, yo he visto que los jóvenes tenían muchos deseos de encontrarse con Dios, muchas ganas de encontrarse con Él. Les ha costado el silencio, pero sí que he visto que han hecho un proceso y una experiencia en el que el Señor les ha tocado el corazón y ha ido transformando también sus vidas.
He vuelto a ver cómo el Señor toca el corazón, te habla personalmente a ti y obra milagros.
Entre estos jóvenes que ha reunido la Pastoral Juvenil y Vocacional, hay perfiles muy diversos: chicas, chicos de aquí y de allá, con historias muy concretas. ¿Hay algún testimonio que te haya llamado especialmente la atención?
Hay un grupo de hispanos, colombianos, que vienen con muchas heridas de esos países. Me llama mucho la atención su perseverancia, su capacidad de adaptarse a un lugar nuevo. Y su lucha también por conseguir un futuro mejor. Esto, de la mano del Señor.
Luego, hay otro grupo, de españoles, que viven también un proceso. Bueno, son gente que estudia, y otros que trabajan, y me parece que también… Mira, me ha llamado la atención que tienen deseos también de conocer a Jesús, el deseo de leer la Biblia o, incluso, alguno que ha estudiado o está estudiando Ciencias Religiosas. Como ese deseo de conocer más la fe y de poner en práctica lo que creen.
Y, ¿hay algo que te lleves tú personalmente de estos días compartidos con nosotros?
Creo que lo más importante y lo que aprendo una y otra vez es que es muy importante saber escuchar. Saber escuchar a la gente. No dar tanto consejo, sino saber escuchar, estar cerca y luego dejar que Dios obre.
Me contabas que te gustaban las artes marciales, que llegaste a ser cinturón marrón de kárate. ¿Un último golpe, un golpe final de Gracia, al joven que te esté leyendo en este momento?
Como último golpe: que Dios sigue llamando, que escuches la llamada del Señor y que no tengas miedo a responder porque Él te va a hacer feliz.