Las secciones de instrumentos de las cofradías de Semana Santa de Barbastro hicieron resonar tambores y cornetas anunciando la celebración del Miércoles de Ceniza, en su camino desde la Plaza del Mercado hasta la S.I. Catedral. A su entrada aguardaban el obispo, Mons. Ángel Pérez, los sacerdotes de la Unidad Pastoral de Barbastro, y los presidentes y hermanos mayores de las cofradías. «En Dios está nuestra esperanza y en Él y a Él nos acogemos», fueron las palabras de bienvenida de don Ángel a cofrades y fieles, a quienes invitó «a abrir el corazón; a dejar el modo ‘avión’, el de estar en las nubes, y pisar suelo, entrar en modo Cuaresma».
En su homilía, el obispo evocó el mensaje de Cuaresma del Santo Padre, en el que anima a caminar en la fe, junto a los demás y en esperanza, para exhortar a los presentes a «salir a la calle como apóstoles y decir: yo creo en el misterio del Amor más grande, en la conversión, en el cambio del corazón y en el cambio de un mundo que merece ser mejorado». A los más jóvenes, a los bandarras, les lanzó el reto cuaresmal de practicar el ayuno «pero no solo de alimento: de costumbres. Cambia. Sonríe. Da las gracias. Camina junto a los demás, fortalece los lazos».
Con la triple repetición de «Señor, confío en ti», don Ángel cerró un sermón en el que había presentado, además, el kit del cofrade para ese caminar conjunto y esperanzado, en el que destacan los Cordones de la Victoria, ilustrados con la jaculatoria funeraria del obispo san Ramón.
La bendición de la ceniza y su imposición a los centenares de asistentes protagonizaron la eucaristía, solemnizada por el Coro, y que cerró la sección de instrumentos de la Cofradía de Jesús Atado a la Columna con la interpretación de la Marcha Real. Tras la bendición, los cofrades volvieron a sus sedes a golpe de tambor y bombo.
