Ocho de marzo 2024, poco a poco las catequistas vamos llegando a la residencia de las Angélicas, unas dominando el edificio, y otras inseguras de cómo proceder por ser su primera vez. Nos presentamos todos, los miembros de la comunidad Chemin Neuf que nos van a acompañar, el sacerdote y todos los catequistas. Pronto llegará el silencio, un silencio necesario para poder descansar a los pies de Jesús y poder escucharle.
Con expectación general acudimos tras la cena al PRIMER ENCUENTRO… ¿Cómo nos guiará la Comunidad de Chemin Neuf? La ponente, hermana Yola, enseguida nos enamora con su sonrisa y acento. Y poco a poco nos damos cuenta de que cada uno de nosotros estamos en un momento diferente en nuestra vida espiritual, con nuestro ritmo y expectativas, pero que el punto de partida, sin embargo, debe coincidir para todos: el presentarnos cómo estamos ahora y no con un ideal de uno mismo para poder entrar en una nueva mirada interior. Creer que la vasija se puede rehacer. Dejar a Dios ser Dios
Nueve de marzo 2024. El sábado es un día intenso, tras la oración de la mañana, un SEGUNDO ENCUENTRO y las 12.30 h. Eucaristía. En la sala de reuniones encontramos escrita una frase de los Ejercicios de San Ignacio: “El hombre es criado para alabar, hacer reverencia y servir a Dios y con ello salvar su alma”. La reflexión se centra en dejarme amar por Dios y acoger esta noticia, que incluye un proyecto para mí. Estas palabras, que no son nuevas, sin embargo, interiormente las vas leyendo de una forma diferente. Me resulta revelador que la alabanza sea un arma poderosa, antídoto contra el desanimo y el miedo porque nos conecta continuamente con el Reino de Dios. Toda esta alabanza, respeto a Dios y servicio, realmente redundan en un bien para mí y me SALVAN. Ya en silencio hacemos un ejercicio personal de alabanza profundizando en nuestra propia vida.
A partir de aquí el clima de reflexión aumenta exponencialmente, y tras la comida, un TERCER ENCUENTRO, Exposición del Santísimo y Diálogo contemplativo. Todo esto nos va preparando interiormente a la extraordinaria Noche de la Reconciliación. En el tercer encuentro, ahora es Lourdes quien sigue meditando la continuación de la frase de San Ignacio. Nos lleva a ordenar nuestra vida y para ello buscar nuestras ataduras. ¿Qué quiere el Señor de mí o de mi grupo de catequesis? La apertura radical a la voluntad de Dios y elegir lo que mas se acerque a lo que Jesús quiere, hace que las cosas adquieran su lugar.
El Diálogo Contemplativo guiado por Mario, fue una vivencia muy valorada, compartiendo oración personal de unas con otras. Pero, destaco la Noche de Reconciliación como un momento cumbre, en un clima de gran recogimiento con los cantos que no cesaron y la estética de las diferentes “estancias” donde podías acudir según tu necesidad: purificación, despedida, postura de hijo prodigo, al pie de la Cruz, escucha y confesión. Gracias a los sacerdotes Sergio y Juanse y a todos los miembros de la Comunidad de Chemin Neuf, personas todas ellas extraordinarias.
El domingo diez de marzo 2024 acaban los Ejercicios con un CUARTO ENCUENTRO donde profundizamos con Lidia sobre ser discípulo y con un tiempo de oración. La Eucaristía final fue un momento único para cerrar nuestro retiro, en un clima de emoción nos paramos para llevar al altar nuestra carta personal de ofrenda a Dios: “Dejo mi ofrenda y cojo una cruz”. Todos estos signos han sido enriquecedores para todos. En la comida final (ya podíamos hablar), se oían palabras de agradecimiento, valoración y entusiasmo. Cada una de nosotras ha vivido este retiro de una forma diferente, eso seguro, mi testimonio es que sentía que cada hecho, acontecimiento, lectura… eran signos especiales hacia mí. Gracias.
Mª Carmen. Catequista Parroquia del Sagrado Corazón