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Covid-19: Cáritas Zaragoza atiende semanalmente a unas 900 familias

Diócesis de Zaragoza
4 de mayo de 2020

Cáritas Diocesana de Zaragoza está atendiendo durante la pandemia del coronavirus a unas 900 familias a la semana y dando ayudas económicas semanales al mismo nivel que lo hacía durante la anterior crisis del año 2008. Durante las próximas semanas, concretará las fases de desescalada, si bien hasta septiembre no retomará las actividades grupales y presenciales con normalidad.

La secretaria general de Cáritas Zaragoza, Cristina García, ha explicado en declaraciones a Europa Press que desde que comenzó el confinamiento ya han atendido a más de 1.600 familias, «reviviendo» lo ocurrido en la crisis anterior «por la cantidad de familias que tiene que recurrir a Cáritas o a los servicios sociales para cubrir sus necesidades básicas».

Se trata de unidades familiares que «nunca» hasta ahora habían acudido a su organización o que no lo hacían desde hace «mucho tiempo», ha aclarado García, que ha subrayado que en Zaragoza «tenemos un tejido social fuerte y hay muchas entidades, además de la Administración pública, dando respuesta».

La secretaria general de Cáritas Zaragoza ha expresado su preocupación por cómo se van a gestionar las ayudas al alquiler o cómo se va a atender la necesidad de vivienda, así como el pago de los suministros o de las deudas generadas en éstos, situación que sufre «una parte importante de la población más vulnerable».

Esta organización ha reclamado la puesta en marcha de forma «ágil» de la renta mínima vital anunciada por el Gobierno, que Cáritas ya había defendido con anterioridad.

En esta línea, García ha manifestado que va a tener lugar, de nuevo, «una situación compleja» desde el punto de vista social y «va a ser muy importante la agilidad en la respuesta por parte de las Administraciones», también la autonómica y la local.

Retrasos

La secretaria general de Cáritas ha comentado que hay zonas «donde hay un mayor retraso» en la atención, en ocasiones por una mayor demanda, como puede ser la ciudad de Zaragoza, si bien ha matizado que también hay diferentes tiempos de respuesta según comarcas y ha apelado a la «agilidad» y a la «suficiencia», dentro de las posibilidades.

También ha solicitado que los presupuestos «estén a la altura de las respuestas que se tienen que ir dando» y ha advertido de que una parte importante de las personas más vulnerables no tienen medios telemáticos, e incluso no disponen de saldo en el teléfono móvil, cuando existen medidas, como moratorias o líneas de ayudas y préstamos para el pago de la vivienda, que han de tramitarse por internet o través del correo electrónico.

«La brecha digital también es un factor importante en la cobertura de las necesidades sociales o en la búsqueda de empleo o tramitación de ayudas», ha esgrimido.

Familias con trabajos precarios

Cáritas Zaragoza ha señalado que ha detectado dos grandes perfiles de familias que han acudido durante el confinamiento a esta organización, por un lado, aquellas que nunca les habían solicitado ayuda, ni habían precisado de apoyo de los servicios sociales, y, por otro, familias que sí habían sido atendidas, pero hacía tiempo que no requerían asistencia de esta entidad.

En ambos casos, la situación laboral de las familias está vinculada a trabajos muy precarios o de economía sumergida sin derechos a prestaciones, así como a la reducción de jornada por la crisis de la COVID-19, al paro o a la suspensión de empleo sin haber cobrado lo correspondiente al Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) o bien que recibieron la mitad de su sueldo a principios de abril.

En muchas ocasiones, son familias que viven al día con poca o nula capacidad de ahorro fruto de trabajos precarios o de economía sumergida, «poniéndose en evidencia el elevado grado de vulnerabilidad de estas personas, sin contar apenas con nada que los proteja en estas situaciones», han apuntado desde Cáritas.

Las necesidades que tienen son la cobertura de sus necesidades básicas, como alimentos, vivienda y suministros; el apoyo ante las «desinformación, miedo e incertidumbre». En concreto, encuentran dificultades para entender la información que circula por las redes sociales y los medios de comunicación y dificultad para el acceso a medios digitales.

Además, expresan preocupación ante el contagio del coronavirus y por otros aspectos de salud, como puede ser la solicitud de la tarjeta sanitaria o las citas canceladas, así como por los procesos administrativos de tipo laboral, como gestión de ERTEs y el acceso al empleo agrícola.

También manifiestan preocupación o desinformación en cuestiones relacionadas con la extranjería, como paralización de procesos, o la dificultad en la relación con los bancos por vía digital y algunos casos presencial.

El drama de los inmigrantes

Cáritas da apoyo y orientación, igualmente, a migrantes ante su situación administrativa irregular o en riesgo de pérdida de permisos y tramitaciones, así como a personas que se encuentran en desempleo o con miedo de perder el puesto de trabajo.

Asimismo, está asistiendo a quienes tienen dificultades para mantener tratamientos sanitarios, como el acceso a medicación, y dando pautas educativas generales en materia de autocuidado y rutinas cotidianas, así como en la organización del hogar, al tiempo que da cobertura de refuerzo escolar con menores por la falta de medios y conocimientos tecnológicos.

Cáritas Zaragoza ha tenido que adaptar su forma de trabajar a la nueva realidad por la pandemia, ofreciendo sus servicios por vía telemática, no únicamente para gestionarles una ayuda económica, sino también para hacer a un acompañamiento telefónico más largo en el tiempo.

Solo en algunos casos de personas que no poseen cuenta bancaria o alguna otra circunstancia específica, los técnicos están disponibles para quedar con ellos, cumpliendo las medidas higiénicas recomendadas.

«Para nosotros es importante estar cerca de todas las personas, preocuparnos de cómo se sienten y transmitirles esperanza y cariño», han sostenido desde la organización.

Para contactar con Cáritas, las personas han de llamar a su centralita, donde recogen los datos de contacto y, después, una de sus trabajadoras sociales les llama y atiende individualmente.

Fuente: Europa Press

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