El día de la Inmaculada de 2018, nació ‘Charis’ [=Gracia], un organismo internacional erigido por la Santa Sede al servicio de todas las expresiones de esa corriente de gracia que es la Renovación Carismática Católica. En la misma fecha se aprobaron los estatutos de ese organismo por un periodo ad experimentum.
Este único servicio, en palabras del papa Francisco, supone el comienzo de una nueva etapa “señalada por la comunión entre todos los miembros de la familia carismática donde se manifiesta la presencia poderosa del Espíritu Santo para bien de toda la Iglesia”.
Charis comenzó su andadura en Pentecostés de 2019 y, a partir de él, se están desarrollando los Servicios Nacionales de Comunión, que integran grupos de oración, comunidades, redes, escuelas de evangelización, institutos religiosos, editoriales, ciertos ministerios, iniciativas ecuménicas, jóvenes.
Charis cuenta con un moderador, Pino Scafuro, nombrado por decreto del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida; un asistente eclesiástico que es el cardenal Raniero Cantalamessa; y un Servicio Internacional de Comunión compuesto por dieciocho miembros.
En España
Ya desde enero de 2019 y en contacto con la Comisión Episcopal de Apostolado Seglar, algunas expresiones carismáticas en España comenzaron a reunirse para formar el Servicio Nacional de Comunión, un servicio en el que ya se han integrado veinte realidades.
El equipo que conforma este servicio está formado por siete personas: Óscar Puebla, Lázaro Iparraguirre, Mª Carmen Rosa Gito, Montserrat González, Alejandro Bo y las zaragozanas Lourdes Magallón y Mª Carmen Rubio, que actúa como secretaria.
Actualmente se está caminando hacia la consolidación de un Servicio Continental de Comunión Europeo.