El pasado sábado día 28 de octubre en la Capilla del Colegio Santa Ana de Sabiñánigo celebramos un culto para conmemorar los 500 años de la Reforma Protestante. Los textos utilizados para este acto, con alguna pequeña modificación, son los elaborados para la Oración Común «Del conflicto a la comunión»: Conmemoración conjunta luterano-católico romana de la Reforma en el 2017.
Participaron La Iglesia Católica Romana (Diócesis de Jaca). La Iglesia Protestante Unida de Francia (Pau – Osse – Olorón). La Iglesia Reformada de Jaca, Iglesia Evangélica Española (Jaca). La Comunidad Ecuménica Jaume Masvidal (Biescas). La Iglesia Española Reformada Episcopal, Comunión Anglicana (Zaragoza). La Iglesia de «El Buen Pastor» Iglesia Evangélica Metodista Unida (Sabiñánigo).
En el documento “Del conflicto a la comunión” leemos: “La iglesia es el cuerpo de Cristo. Y dado que solo hay un Cristo, así también él tiene solo un cuerpo. Mediante el bautismo, los seres humanos son constituidos en miembros de su cuerpo.” (#219) “Ya que tanto católicos como protestantes se encuentran unidos unos a otros en el Cuerpo de Cristo, del cual son miembros, se verifica en ellos lo que Pablo menciona en 1 Cor 12,26: «Si uno de los miembros sufre, los demás comparten su sufrimiento; y si uno de ellos recibe honor, los demás se alegran con él». Lo que afecta a un miembro del cuerpo afecta también a todos los demás. Por esta razón, cuando los cristianos protestantes recuerdan los acontecimientos que dieron lugar a la formación particular de sus iglesias, no desean hacerlo sin sus hermanas y hermanos cristianos católicos. Al recordar unos con otros el principio de la Reforma, están tomando en serio su bautismo.” (#221).
“Los protestantes están agradecidos de corazón por lo que Lutero y otros reformadores les hicieron accesible: el entendimiento del evangelio de Jesucristo y la fe en él; el reconocimiento del misterio del Dios Trino, que se da a sí mismo para nosotros, los seres humanos, por gracia, y que solo puede ser recibido en la confianza total de la promesa divina; en el reconocimiento de la libertad y la certidumbre que el evangelio crea; en el amor que procede de y es despertado por la fe; en la esperanza frente a la vida y frente a la muerte que la fe trae consigo; y en el contacto vital con la Santa Escritura, los catecismos y los himnos que le dan vida a la fe” (#225), en el sacerdocio de todos los creyentes bautizados y en su llamado para la misión común de la Iglesia. “Los protestantes…se dan cuenta de que aquello por lo que agradecen a Dios no es un don que pueden reclamar solo para sí mismos. Desean compartir este don con todos los otros cristianos.” (#226)
“… los católicos y los protestantes tienen en su fe tanto en común que pueden… estar agradecidos ambos en conjunto, …. ” (#226). Alentados por el Concilio Vaticano II los católicos “con gozo, reconocen y aprecian los tesoros verdaderamente cristianos que, procedentes del patrimonio común, se encuentran en nuestros hermanos separados. Es justo y saludable reconocer las riquezas de Cristo y las virtudes en la vida de quienes dan testimonio de Cristo y, a veces, hasta el derramamiento de su sangre, porque Dios es siempre admirable y digno de admiración en sus obras.” (Unitatis Redintegratio, Capítulo 1). En este espíritu, católicos y protestantes se abrazan como hermanas y hermanos en el Señor. Juntos se regocijan en los dones verdaderamente cristianos que ambos han recibido y redescubierto de maneras diversas a través de la renovación e iniciativas de la Reforma. Estos dones son motivo de agradecimiento.
“El caminar ecuménico hace posible que protestantes y católicos puedan apreciar juntos la visión de Martín Lutero y su experiencia espiritual acerca del evangelio de la justicia de Dios, que es a la vez su misericordia.” (#244)
“Así como la conmemoración común en 2017 traerá expresiones de alegría y de gratitud, también deberá permitir un espacio para que tanto protestantes como católicos experimenten el dolor por los fracasos, las transgresiones, las culpas y los pecados relativos a las personas y acontecimientos que se conmemoran.” (#228)
“En el siglo XVI, católicos y protestantes frecuentemente no solo malinterpretaron, sino que exageraron y caricaturizaron a sus oponentes para ridiculizarlos. Repetidamente violaron el octavo mandamiento, que prohíbe dar falso testimonio contra nuestro prójimo.” (#233)
Con frecuencia protestantes y católicos se han concentrado en lo que los separaba en lugar de lo que los unía. Aceptaron el hecho de que el evangelio estuviese atado a los intereses políticos y económicos de aquellos en el poder. Sus fracasos resultaron en la muerte de cientos de miles de personas. Hubo familias destruidas, personas encarceladas y torturadas, se libraron guerras y la religión y la fe fueron abusadas. Muchos seres humanos sufrieron y la credibilidad del evangelio fue socavada de tal manera que sus consecuencias todavía nos afectan. Lamentamos profundamente las iniquidades que católicos y protestantes se han infligido mutuamente.
Yo soy la vid verdadera y mi Padre es el viñador. 2 El Padre corta todos mis sarmientos improductivos y poda los sarmientos que dan fruto para que produzcan todavía más. 3 Vosotros ya estáis limpios, gracias al mensaje que os he comunicado. 4 Permaneced unidos a mí, como yo lo estoy a vosotros. Ningún sarmiento puede producir fruto por sí mismo sin estar unido a la vid; lo mismo os ocurrirá a vosotros si no permanecéis unidos a mí. 5 Yo soy la vid; vosotros, los sarmientos. El que permanece unido a mí, como yo estoy unido a él, produce mucho fruto, porque separados de mí nada podéis hacer. (Juan 15:1-5)
COMPROMISOS
Nuestro primer compromiso: “católicos y protestantes deben comenzar siempre desde la perspectiva de la unidad y no desde el punto de vista de la división, para de este modo fortalecer lo que mantienen en común, aunque las diferencias sean más fáciles de ver y experimentar” (#238).
Nuestro segundo compromiso: “Protestantes y católicos deben dejarse transformar a sí mismos continuamente mediante el encuentro de los unos con los otros y por el mutuo testimonio de fe.” (#239)
Nuestro tercer compromiso: “Católicos y protestantes deben comprometerse otra vez en la búsqueda de la unidad visible, para elaborar juntos lo que esto significa en pasos concretos y esforzarse continuamente hacia esa meta.” (#241)
Nuestro cuarto compromiso: “Protestantes y católicos deben juntamente redescubrir el poder del evangelio de Jesucristo para nuestro tiempo.” (#242)
Nuestro quinto compromiso: “Católicos y protestantes deben dar testimonio común de la misericordia de Dios en la proclamación y el servicio al mundo.” (#243)
ORACIÓN DE INTERCESIÓN
“El compromiso ecuménico para la unidad de la iglesia no solo sirve a la iglesia, sino también al mundo, para que el mundo crea.” (#243)
Oremos ahora por el mundo, la Iglesia, y por aquellos en necesidad…
Dios de Misericordia, tu bondad prevalece a lo largo de la historia, abre los corazones de todas las personas para que te encuentren a ti y tu misericordia que perdura por siempre.
¡Escucha nuestra oración!
Dios de paz, doblega lo inflexible, las barreras que dividen, las adhesiones que frustran la reconciliación. Trae la paz a este mundo, especialmente a [nombres de países o lugares.]. ¡Restablece nuestra integridad y muéstranos tu misericordia!
¡Escucha nuestra oración!
Dios de justicia, sanidad y redención, sana a quienes sufren enfermedad, pobreza y exclusión. Que llegue la justicia para quienes sufren bajo el poder del mal. ¡Otorga a todos vida nueva y muéstranos tu misericordia!
¡Escucha nuestra oración!
Dios, roca y fortaleza, protege a las personas refugiadas, a quienes no tienen hogar o seguridad, a todos los niños y niñas abandonados. Ayúdanos a defender siempre la dignidad humana. ¡Muéstranos tu misericordia!
¡Escucha nuestra oración!
Dios creador, toda la creación gime expectante, apártanos de la explotación. Enséñanos a vivir en armonía con tu creación. ¡Muéstranos tu misericordia!
¡Escucha nuestra oración!
Dios de misericordia, fortalece y protege a quienes sufren persecución por su fe en ti y a las personas de otras creencias que son perseguidas. Otórganos el coraje para profesar nuestra fe. Tu misericordia perdura por siempre.
¡Escucha nuestra oración!
Dios de vida, sana los recuerdos dolorosos, transforma toda complacencia, indiferencia e ignorancia, derrama un espíritu de reconciliación. Vuélvenos hacia ti y hacia las y los otros. ¡Muéstranos tu misericordia!
¡Escucha nuestra oración!
Dios de amor, tu hijo Jesús revela el misterio del amor entre nosotros, fortalece esa unidad que solo tú sostienes en nuestra diversidad. ¡Tu misericordia perdura por siempre!
¡Escucha nuestra oración!
Dios nuestro sustento, congréganos en tu mesa eucarística, nutre en y entre nosotros y nosotras una comunión fundada en tu amor. ¡Tu misericordia perdura por siempre!
¡Escucha nuestra oración!
PAZ
Uno de los momentos con más significado y hasta emotivo fue el de compartir una señal de reconciliación y de paz. Católicos y protestantes unidos en un abrazo de hermanos.
Cristo es el camino, la verdad y la vida. Él es nuestra paz, quien derriba las murallas que nos dividen, quien nos concede, a través del Espíritu Santo, renovados comienzos.
En Cristo recibimos perdón y reconciliación, y se nos fortalece para un testimonio común y fiel en nuestros tiempos.
Al finalizar la celebración las fotos «de familia» para el recuerdo y la memoria de este acto celebrado en Sabiñánigo y que congregó a cristianos de distintas denominaciones y como digo el pastor Vergara juntos, unidos a los pies de la Cruz de Cristo.