A partir del próximo día 2 de octubre y hasta el día 27 se celebrará en Roma la segunda sesión del Sínodo Universal, que se convocó en el año 2021 y que reflexionará sobre “cómo ser una iglesia sinodal y misionera”. Todos llevamos, desde entonces, interrogándonos sobre qué pasos nos pide Dios, qué debemos hacer, para anunciar en estos tiempos y a las personas de esta época, la Buena Noticia de Jesucristo.
Esta frase es algo más que un título de un documento, es la preocupación fundamental que todos los creyentes debemos tener muy presente, no porque esté ahora de moda, sino como forma de ser consecuentes con el mandato misionero que el Señor dio a los Apóstoles, a toda la Iglesia antes de ascender a los Cielos, “Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación” (Mc. 16, 15).
Para nosotros, “Id al mundo entero” se nos concreta en las personas de nuestras parroquias, pueblos y ciudades con las que convivimos día a día, todos ellos tienen derecho a conocer a Jesús y nosotros debemos anunciárselo, renovando nuestro compromiso bautismal de seguidores de Cristo, de pueblo de Dios en camino, de comunidad creyente, unidos en torno a la oración y la celebración de los sacramentos. Para ello, el Señor nos enriquece con las capacidades que el Espíritu Santo nos da cada uno de nosotros. Todos somos útiles y tenemos algo que hacer por los demás.
Las reflexiones de la Asamblea Sinodal van a concretarse en torno a tres perspectivas. las relaciones. La primera relación es con Dios padre, Hijo y Espíritu Santo, por la que comenzamos a ser miembros de la Iglesia. La segunda es entre los miembros creyentes, somos familia creyente que sirve. La comunión entre todos es el clima que construye al pueblo de Dios. La tercera es la que quiere intensificar y profundizar la relación con otras iglesias y que se realiza a través del diálogo con el mundo actual, la cultura y otras religiones.
Los caminos, es de lo que trata la segunda perspectiva. Se trata de ayudar a cuidar, potenciar y desarrollar las relaciones de cara a la misión. Tres objetivos se plantean en esta segunda parte, la formación para todos, teniendo en cuenta las necesidades y las realidades vitales de cada uno. Segundo, profundizar en los procesos de decisión, que sean participativos y expresión de la corresponsabilidad con todos y, en tercer lugar, la transparencia como característica fundamental de la rendición de cuentas.
los lugares donde relacionarnos y donde concretar los caminos de evangelización, será el contenido de la tercera perspectiva. La fe no es algo estático, la misión cambia con el tiempo y según los espacios, tiene que adaptarse al hombre de hoy, a su forma de pensar y de vivir para poder encontrarse con él. Potenciar la comunión y participación en la Iglesia, dando protagonismo a todos.
Una gran tarea para los participantes en la asamblea, ellos van a ser nuestra voz y los instrumentos del Espíritu.
Todos estamos invitados a ser protagonistas con nuestra oración, nuestra preocupación, con la ilusión y tarea de colaborar activamente en nuestra Iglesia.
+Mons. Vicente Rebollo Mozos.
Obispo de Tarazona
