Carta de los obispos de Aragón con motivo del Año Jubilar 2025: «Os deseamos esperanza y paz»

Iglesia en Aragón
29 de diciembre de 2024

Queridos hermanos y hermanas,

Los obispos de Aragón, en comunión con el papa Francisco,  os deseamos esperanza y paz, cuando estamos a punto de comenzar el nuevo año 2025, en el que la Iglesia Católica celebra un jubileo que proviene del Corazón del Redentor, un tiempo de gracia para fortalecer nuestra fe, esperanza y caridad, que deberíamos aprovechar personal y comunitariamente desde su inicio.

En el día primero del año celebraremos la solemnidad de Santa María, Madre de Dios, y, por iniciativa del papa san Pablo VI hace ya 53 años, la Jornada Mundial de la Paz, en esta ocasión con el lema: “Perdona nuestras ofensas, concédenos tu paz”, conforme con la tradición jubilar del Antiguo Testamento. Esta Jornada Mundial nos invita a orar por el don de la paz y al mismo tiempo a convertirnos, para incrementar nuestra responsabilidad personal, cultural y social en favor de la paz. Una conversión que germina en nuestros corazones cuando nos reconocemos hijos perdonados por el Padre y llamados a perdonarnos mutuamente.

De la mano de Santa María, Madre de Dios, pongámonos en camino como peregrinos de esperanza hacia el abrazo con el Dios de la paz, con los hermanos y con la Creación. Dios nos da la paz y cura nuestro desaliento ante el futuro, si tenemos el corazón desarmado, dispuesto a salir al encuentro de los demás, a acoger el perdón y la indulgencia, a estar prontos para perdonar y para mirar a toda persona como un bien para nuestro mundo.

El Jubileo nos impulsa a escuchar el “grito desesperado de auxilio”, que se eleva desde muchas situaciones de explotación de las personas y de la tierra. Dios no deja de escuchar este grito y nos pide que colaboremos para restablecer la justicia. El Papa sugiere tres acciones concretas: reclamar la condonación de la deuda que grava duramente el destino de algunas naciones; la eliminación de la pena de muerte y el respeto a la vida humana en todo su proceso natural; y la constitución de un fondo mundial mediante la aplicación de un porcentaje del gasto en armamento, para destinarlo a eliminar el hambre, a promover la educación y a afrontar el reto del cambio climático.

En cada una de nuestras diócesis se han designado lugares jubilares y se irán desarrollando diversas iniciativas celebrativas, culturales y solidarias, encaminadas a promover la justicia y la reconciliación, a renovar la esperanza y a transmitirla a nuestros hermanos y hermanas, sobre todo a tantos niños, jóvenes y adultos, heridos por la epidemia de desaliento que recorre nuestra sociedad y nuestro mundo. Os animamos a participar y a encomendar los frutos de este año de gracia.

+ Carlos-Manuel Escribano Subías, Arzobispo de Zaragoza

+ Vicente Jiménez, Arzobispo Emérito de Zaragoza
y Administrador Apostólico de Huesca y de Jaca

+ Ángel-Javier Pérez Pueyo, Obispo de Barbastro-Monzón

+ José Antonio Satué Huerto, Obispo de Teruel y Albarracín

+ Vicente Rebollo Mozos, Obispo de Tarazona

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