Cáritas Diocesana de Zaragoza ha planteado contemplar la inmigración como una oportunidad en una sociedad global, favoreciendo el encuentro y la ayuda a las personas que se ven obligadas a abandonar su lugar de origen, al tiempo que ha alertado del uso de mensajes xenófobos «en beneficio de una alternativa política».
En rueda de prensa, el director de Cáritas Diocesana de Zaragoza, Carlos Gómez, y la secretaria general de la institución, Cristina García, han dado a conocer la nueva campaña que promueve Cáritas con el lema ‘Tu compromiso mejora el mundo’, en la que han alertado de los problemas que genera la movilidad humana forzada y la exclusión residencial. Esta campaña desarrollará sus acciones durante todo el año, teniendo sus fechas centrales en Navidad y en el Día del Corpus Christi (junio).Carlos Gómez ha detallado que Cáritas está atendiendo varios frentes estratégicos en su compromiso con las personas que más sufren. Entre ellos, ha mencionado como prioridades la movilidad humana forzada que ha considerado como «el gran drama del siglo XXI», personas que se ven obligadas a abandonar su territorio en busca de un hogar y de un trabajo.
También se ha referido a la exclusión residencial que «afecta a cada vez más población» tanto de otros países como autóctona que tienen «serias dificultades para desarrollar su derecho a tener una vivienda digna y mínima».
Ante estas situaciones, Cáritas propone un cambio de modelo para dejar atrás el actual que favorece «el desarrollo de los países del primer mundo a costa de destruir y empobrecer a países del tercer mundo», con un consumo «desmesurado» y que no cuida al medio ambiente.
Frente a ello, «el papa Francisco nos pide que seamos responsables», apostando por una alternativa que no «hipoteque el bienestar y desarrollo de otros países y de los más jóvenes».
Cristina García ha apuntado que en Aragón el acceso a una vivienda digna y adecuada sigue constituyendo uno de los elementos claves de exclusión social. Ha mencionado la Encuesta FOESSA 2018 que constata que en esta Comunidad la exclusión residencial afecta al 19 por ciento de la población en general, a un 62 por ciento de la población en exclusión y al 75 por ciento de la población en exclusión más severa.
42.000 hogares en una vivienda inadecuada
«Se constata la situación de desigualdad y dualidad» entre la población que se ha beneficiado de la mejoría económica y aquellas familias que siguen estando en una situación «más vulnerable y débil». Se estima que 42.000 hogares residen en una vivienda «inadecuada», que no reúne unas condiciones dignas, y 11.000 hogares lo hacen en viviendas «inseguras», aquellas que se ceden por periodos «muy temporales».
En las acogidas de Cáritas Diocesana de Zaragoza se observa que los bajos ingresos económicos en los hogares que atienden, bien por bajos salarios o por exiguas pensiones, impiden el pago de hipotecas o el acceso a viviendas de alquiler en el mercado libre o simplemente, poder afrontar los gastos de suministros (gas, luz y agua) y otros gastos (comunidad, impuestos, derramas).
Este año se ha incrementado el porcentaje de hogares atendidos que viven en habitaciones realquiladas, pasando del 9,9 por ciento de 2017 al 14,7 por ciento en 2018 y asciende a 591 las personas que están sin hogar y acuden a las acogidas de Cáritas.
Las personas de avanzada edad que viven en un edificio sin ascensor, los jóvenes inmigrantes extutelados que al cumplir los 18 años se quedan sin domicilio, o las personas migrantes que recientemente llegan a la capital aragonesa son también quienes sufren las consecuencias de la exclusión residencial.«Nos preocupa muchísimo el crecimiento de la desigualdad y de las situaciones de hacinamiento, de insalubridad, de realquileres que ponen de manifiesto la situación tan vulnerable por la que están pasando muchas familias», ha aseverado García.
Por ello, Cáritas ha emplazado a seguir trabajando en red con otras instituciones, a quienes ha exigido que las políticas de vivienda sean de verdad una prioridad en las políticas sociales, que se potencien programas de rehabilitación de viviendas, los servicios de mediación (hipotecaria y de alquiler) y que se exija responsabilidad a las entidades financieras y se regule la cesión de sus viviendas vacías en las bolsas de alquiler públicas.
Cristina García ha indicado que Cáritas ha atendido a menos familias este año, pero ha incrementado los recursos destinados a sus servicios de atención. «Han crecido un 5 por ciento las ayudas aunque el volumen de familias atendidas ha bajado en un 15 por ciento», lo que ejemplifica que «la situación de quienes están al margen se ve más agravada».
Migración forzada
El director de Cáritas Diocesana de Zaragoza, Carlos Gómez, ha alertado de que los ciudadanos se han «acostumbrado» a presenciar el drama de la inmigración y las muertes «en el cementerio del Mediterráneo» y se ha perdido la sensibilidad hacia este problema, ha estimado.
Muchas de estas personas huyen de sus países por la guerra y el hambre extremo y llegan tras viajes migratorios, en muchos casos, peligrosos. Gómez ha estimado que se debe considerar la llegada de estas personas «como una oportunidad» para el desarrollo de todos los pueblos. Una de cada cuatro personas atendidas por Cáritas responde a esta situación de movilidad forzada y son personas que en sus países de procedencia «quizá no hubiera necesitado de la acción social», ha sostenido.
Se ha incrementado la llegada de familias migrantes durante el primer semestre de 2018 y durante el periodo estival se atendieron 212 familias, que representan el 26 por ciento de todas las atendidas y el 56 por ciento de las familias que acuden a Caritas por primera vez. En cuanto a países de procedencia, entre las personas que llegan procedentes de distintos países y continentes se detecta, en el último periodo, que han aumentado el número de personas que vienen de América Latina.Desde el punto de vista humano, la falta de red social, el desarraigo de sus familias, el desconocimiento del entorno, o el idioma es una dificultad que sufren y que provoca importantes problemas emocionales. Además, Cáritas ve también con preocupación el aumento de los discursos xenófobos y racistas que provocan rechazo, discriminación y serias dificultades para la integración.
En este mismo sentido, Gómez ha rechazado los discursos xenófobos y «peligrosos» que utilizan el drama de la inmigración «en beneficio de una alternativa política» y ha criticado también el «sentimiento de falsa caridad» con estos ciudadanos que «son personas y no se les reconoce» como tal.
Puertas abiertas
Desde la Iglesia y desde Cáritas «tenemos que cambiar la filosofía», tener «las puertas abiertas» y atender las necesidades de todas las personas que lo necesiten, para transmitir que la llegada de estas personas es positiva para el conjunto de la sociedad.
La entidad diocesana ve necesaria una política de comercio exterior justa y de cooperación solidaria que ponga en el centro a las personas, respete el planeta y luche contra la pobreza y la desigualdad, lo que «nos obliga a un cambio de modelo» que entienda la inmigración «como una oportunidad, como un derecho de la persona y una oportunidad de solidaridad de unos pueblos con otros», ha recalcado.
El director de Cáritas ha avanzado que, en el marco de la campaña ‘Tu compromiso mejora el mundo’, en el mes de febrero se inaugurará una exposición en el Salón del Trono del Arzobispado de Zaragoza en la que se demostrará como la inmigración es una oportunidad.