Cáritas Huesca, 60 años de esperanza

Miguel Barluenga
9 de octubre de 2024

¡Siempre hay esperanza! Si Cáritas Huesca ha aprendido algo desde su nacimiento oficial el 29 de septiembre de 1964, por el obispo de Huesca, monseñor Lino Rodrigo, es que siempre hay esperanza cuando das oportunidades. El brazo caritativo de la iglesia lleva más de sesenta años observando realidades de pobreza y adaptando su actividad a las necesidades de las personas que acoge y acompañan.

De hecho, en 1956 ya había un organismo que actuaba públicamente con la denominación de Cáritas Huesca, aunque se llevaba a cabo por el Secretariado Diocesano de Caridad de Acción Católica, creado para hacer frente a las necesidades que surgieron tras la Guerra Civil. Su labor se centraba en la distribución a todas las parroquias de la Ayuda Social Americana, pero pronto se dieron cuenta de que no podía limitar su misión al mero reparto de alimentos.

«Poco a poco se configuran nuevos proyectos, según las necesidades reales, como equipos parroquiales para ofrecer otras ayudas asistencialistas, colonias infantiles, cursos promocionales y motivacionales, apoyo escolar a menores, talleres prelaborales, viviendas de acogida e iniciativas de cooperación internacional. Proyectos que se han ido transformando y adaptando hasta el día de hoy y que continúan en constante cambio para dar respuesta a las necesidades emergentes.»“Uno de los jóvenes africanos a los que impartía charlas de cultura general e información para desenvolverse en esta nueva ciudad, me dijo un día: “gracias profesor, por su tiempo”. Unos meses después apareció en un concierto celebrado en la Catedral para la Navidad. Y una Semana Santa, coincidimos visitando monumentos. Me emocionó”, recuerda Paco Loste, veterano voluntario de Cáritas Huesca. Un ejemplo de cómo lo que puede parecer una utopía, llega a ser efectiva y una feliz realidad.

Posteriormente, se ponen en marcha actividades encaminadas a la inserción laboral que, poco a poco van incrementando su importancia al considerarse una causa fundamental de la pobreza, aunque hoy día tener un trabajo puede no ser una solución, dada la precariedad laboral. En 2002, se inaugura una Bolsa de Empleo, como servicio de intermediación que actualmente se desarrolla con una mirada más amplia e integradora desde la Agencia de colocación Trobaempleo.

Para dar salida a la ropa, muebles y juguetes recuperados en los pretalleres y otros proyectos, abrirá progresivamente cuatro tiendas. La primera en Huesca, Trobaba (actual Moda Re-), otra de ropa en Sariñena, la Tienda de Comercio Justo y, por último, Trobada Muebles y +, ambas en la capital. En 2013, se constituyó la empresa de inserción Carinsertas, que comenzó con un taller de confección y con el tiempo ha ido abriendo nuevas líneas de actividad para generar trabajo destinado a las personas vulnerables y prepararlas para el empleo normalizado.

A partir del año 2008, se adecua la actividad a la situación de crisis. Se inauguró la “Despensa Solidaria de San Francisco Javier” y se habilitaron tres viviendas para dar cobijo temporal hasta que se diera una solución a la carencia de techo.

En este camino de aprendizaje, la acogida toma un cariz más humano, incorporando una escucha más integral y analítica. Un concepto más cercano a lo que hoy entendemos como acogida y acompañamiento que deja testimonios esperanzadores. “Hace unos días llamé al centro de adultos para hablar con la jefa de estudios, me identifiqué, y resulta que el conserje es una persona que ha pasado por varios programas de Cáritas, acompañamos a la familia desde Acogida, el Promocional y Empleo y nos hemos alegrado mucho”, relata Esther Betrán, educadora social de Cáritas Huesca.

Toda esta actividad no hubiera sido posible sin la colaboración de instituciones, empresas y de la generosidad de las personas voluntarias, socias y donantes. Hay que destacar la colaboración de las más de 275 personas voluntarias actuales y los más de 611 socios y donantes, además de las colectas parroquiales que se realizan los primeros domingos de mes.

En su corta historia, ha ido evolucionando y consolidando la misión, acompañando a miles de personas, casi 3.000 sólo en 2023. “Cáritas de Huesca me ha ayudado mucho, me ha ayudado para hacer un currículum vitae, y a hablar con otras personas. Al principio tenía vergüenza de hablar con la gente y ahora ha cambiado mucho por la ayuda que me han dado. Muchas gracias a todos los trabajadores de Cáritas que me han ayudado y ahora he mejorado mucho. Nunca lo voy a olvidar”, comenta Hamza Mermouch, que comenzó como participante y se ha convertido en voluntario.

Cáritas Huesca lanza una llamada a la acción a toda la comunidad cristina para que se comprometa, con su tiempo o donativos, con la labor caritativa de la Iglesia, porque quiere seguir siendo oportunidad, estando dónde se necesita y abriendo camino a la esperanza. ¡Gracias por acompañarnos y caminar con Cáritas durante estos 60 años!

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