Acoger, acompañar y atender a los últimos y más desfavorecidos de la sociedad. Esa es la misión de Cáritas, más incluso en una situación tan excepcional como la que se está viviendo con el COVID-19. Los puntos de atención municipal se han reducido y el Ayuntamiento no tramita ayudas en efectivo, lo que hace que, para muchos, el único «salvavidas» sea Cáritas o las entidades de la Coordinadora de Personas sin Hogar.
Son personas que no pueden tener cuentas abiertas en entidades financieras, al no estar regulados administrativamente o, si las tienen, su saldo es negativo, por lo que no pueden recibir ayuda vía transferencia. Por esta razón, y con el objetivo de no dejar sin ayuda a los que no tienen posibilidad de acceso a los recursos municipales, el equipo de Cáritas no para.
Si bien la mayor parte del voluntariado, dada su edad, está en una retaguardia presencial, el compromiso de los profesionales técnicos está permitiendo una movilización decisiva y se ha dispuesto la entrega de ayuda directa en Cáritas Diocesana, que atiende a través del teléfono 976 29 47 30 de lunes a viernes, de 8 a 15 horas. El criterio en cuanto a las cuantías y conceptos de ayuda económica es el de mayor duración posible, priorizando alimentación y alojamiento sin contrato.
Las acogidas parroquiales, los servicios especializados y centros de Cáritas Zaragoza (CRPS San Carlos, Centro San Nicolás y Fogaral) permanecen cerrados al público, pero se mantiene la acogida y el acompañamiento de forma individualizada a través del teléfono. Asimismo, se gestionan todas las necesidades que surgen a través de los técnicos de referencia habituales, que siguen trabajando a pleno rendimiento.
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