Cáritas Diocesana de Tarazona ha celebrado hoy, sábado 26 de junio, su Asamblea General en el Seminario de Tarazona en la que también se ha presentado la Memoria 2020.
La Asamblea ha comenzado con las palabras de bienvenida de la directora de Cáritas Diocesana de Tarazona, Lola Esteras, que ha querido destacar la realización de esta reunión con menos voluntarios que en otras ocasiones debido a la pandemia, pero con representantes de los cinco arciprestazgos.
La directora de Cáritas Tarazona ha incidido en el lema del día de la Caridad, «Seamos más pueblo», para que no se pierda de vista lo importante que es «ayudar al vecino, conocerlo para demostrar que lo que le ocurre a los demás, nos importa», sobre todo en un año tan complicado como está siendo este.
Tras una presentación por parte del consiliario de Cáritas Tarazona, Lorenzo Sánchez, en la que se ha invitado a reflexionar sobre cómo ha afectado la pandemia a los participantes y qué se ha hecho individualmente, ha habido unos momentos de oración.
Después ha intervenido el obispo de la Diócesis de Tarazona, Mons. Eusebio Hernández Sola, quien ha resaltado el significado de la labor que realiza esta institución ayudando a los más desfavorecidos y ha agradecido a los voluntarios todo lo que hacen, especialmente, durante este año tan difícil como el que estamos viviendo y en el que ha aumentado tanto el número de personas que necesitan ayuda.
D. Eusebio se ha dirigido a los voluntarios, que han sido «testigos de muchas incertidumbres», que realizan sus tareas con una «dedicación impagable» y que por ello les da las gracias y no se cansa de hacerlo. El obispo de Tarazona ha resaltado que por la labor de Cáritas puede llevarse a cabo el servicio sociocaritativo en la iglesia diocesana, sino sería «imposible».
MEMORIA 2020
La memoria del ejercicio 2020 recoge los programas que ha realizado Cáritas Diocesana de Tarazona y también sus cuentas.
Cáritas Tarazona ha atendido en este ejercicio a 3.126 personas y, gracias a sus acciones se han visto beneficiadas 7.441 personas. La diferencia entre personas atendidas y beneficiadas es que las primeras son a las que se atiende directamente y las segundas, las que gracias a las primeras también se benefician de esas ayudas al ser parte del núcleo familiar, por ejemplo.
Los programas que se han llevado a cabo han sido de empleo e inserción, cuyo objetivo principal es la inserción en el mundo laboral de personas en riesgo de exclusión social; de infancia, con ayudas para la adquisición de material escolar; de inmigrantes, a los que se les ofrece acompañamiento personalizado en la atención a sus necesidades; o de mayores, un colectivo especialmente afectado por la pandemia y al que pertenecen muchos voluntarios de Cáritas. También programas de acogida, en los que se escucha y orienta a todos aquellos que llegan pidiendo ayuda, y de formación, voluntariado y animación comunitaria.
En cuanto a los ingresos, de fuentes privadas han sido 323.069,57 euros y de fuentes públicas 158.918,54 euros. En el capítulo de gastos destacan los dedicados a acogida y asistencia con 127.760,63 euros y el de empleo con 178.178,86 euros.
EL VOLUNTARIADO, FUNDAMENTAL
Tras la presentación de la memoria, Lola Esteras ha invitado a los representantes de las parroquias a intervenir, quedando constancia de que es muy importante contar con voluntarios para poder llevar a cabo todas las acciones que se realizan. También ha quedado patente que es fundamental que se conozca más todo lo que hace Cáritas en la Diócesis.
Por último, ha intervenido Pedro Barquero de Cáritas nacional, que también ha participado en la Asamblea, para dar las gracias a todos los participantes por su «tarea de Iglesia». Barquero ha señalado que la preocupación por aumentar el número de voluntarios es algo general en la organización. Sin embargo, ha recalcado que la actual situación tiene que convertirse en una oportunidad y, cuando no pueda uno solo, pedir ayuda en tareas concretas porque así «es más sencillo». También ha querido incidir en la circunstancia de que este año muchos voluntarios mayores se han convertido en beneficiarios por la pandemia. «Un hecho que no tenemos que olvidar porque debemos acompañarlos y esa es también una tarea de Cáritas».