Os dejamos la crónica que ha realizado el coordinador del Grupo Interdiocesano Aragón, Osma Soria sobre el encuentro que mantuvieron en Calatayud hace unas semanas.
Son las ocho horas del sábado, 27 de octubre de 2018, el autobús se pone en marcha y la ilusión inicia el despegue. Saludos, una oración al inicio del camino y directos a Almazán, ahí nos esperaban un grupo de hermanos en la fe donde todos unidos en comunión, nos dirigimos a Calatayud a celebrar la XII Ultreya Interdiocesana de Aragón, Osma-Soria. Durante el trayecto oramos la oración litúrgica de Laudes que nos vigorizó sabiendo que estábamos unidos a la Iglesia Universal. Durante el camino llovió y el día se entristeció por los nubarrones que veíamos sobre nuestras cabezas.
Llegamos a las nueve cuarenta y cinco a la ciudad de la vega del Jalón, allí nos esperaban los anfitriones de la diócesis de Tarazona; Antonio, Ana y compañeros que nos indicaron el lugar donde ubicarnos, al cabo de unos instantes aparecen nuestros hermanos de Zaragoza con una pequeña representación de la diócesis de Jaca, se hicieron notar por sus saludos y bromas. Observé a una joven que no la conocía, estaba como despistada, me dijo uno de los presentes: es la persona que nos va a dar la charla seglar, fui a presentarme y hablamos unos instantes porque en ese momento apareció el Sr. Obispo, D. Eusebio, al que le saludé y le acompañe al estrado.
Os preguntaréis ¿qué hacíamos allí? Un sábado que habían dado mal tiempo con lluvias y nieves, día para quedarse en casa; no, nosotros sabíamos dónde teníamos que dirigirnos ese día, habíamos programado celebrar una reunión donde testimoniar la fe en comunidad con otros hermanos de las diócesis que formamos el Grupo Interdiocesano de Aragón,Osma-Soria. La fe en Cristo es lo más importante que tenemos aquellos que seguimos a Jesús, de ahí que no hay nada que se nos interponga para asistir, en estos ámbitos uno sale fortalecido y con alegría en Aquel que hace nuevas todas las cosas, aunque no lo veamos tan claro, dirán algunos, sin embargo es una realidad.
La ponente Paloma Arnaiz, joven de veintisiete años, había realizado el Cursillo hace cinco años en la diócesis de Madrid y desde entonces camina con alegría en el Movimiento, en el Área de jóvenes del Secretariado Nacional. El rollo seglar llevaba por título: POR VOSOTROS Y POR MUCHOS, sin embargo le dio un subtítulo como en la prensa: “Cristianos de la ilusión” por encontrar y atraer a esos “muchos” por los que el Señor entrega su vida pero que todavía no le conocen.
Fue trazando con arte dentro del símil de pintar un cuadro, dio argumentos para llenar el espíritu de belleza y compromiso evangelizador por sus testimonios. La expresión vale para todos nosotros que andamos diezmados en el apostolado, dijo: Lo importante es que seamos santos, aunque seamos pocos. Me inspiran y me ilusionan, porque me ayudan a entender que ser SANTO no es otra cosa que ser FELIZ, y eso claro yo lo quiero para mi vida.
Llegó las vivencias de los hermanos de este Grupo Interdiocesano que al escucharlas te confirman que merece la pena llegar hasta el final aunque a tu alrededor veas que la gente va por otro derroteros. Qué grande es ser cristiano, esto es lo que avalan los testimonios que oímos de otros que como tú siguen a Cristo y son testigos en sus ambientes en el vivir de cada día.
Si en algo tenemos que fortalecernos los cristianos en este momento que vivimos es en reunirnos para testimoniar la fe, puesto que al compartirla tú la acrecientas y el otro la confirma. San Pablo lo dice claro: mientras vivimos, debemos alentarnos con palabras de fe y ello lo vivimos en la diócesis de Tarazona en esa bonita y siempre augusta y fidelísima ciudad de Calatayud.
Bajamos a celebrar la fe en la capilla del Colegio de Santa Ana, la eucaristía la presidió el Obispo D. Eusebio acompañado de sacerdotes y diácono. Al prelado se le vio contento toda la mañana al ver y escuchar cosas nuevas de cristianos que gracias al carisma que tiene el Movimiento de Cursillos alegran aquellos que viven estos espacios comunitarios de fe y de amistad.
Fuimos a comer a un restaurante a las afueras que nos alegró el estómago para poder más tarde hacer una visita turística por la ciudad. Tiene Calatayud arte para quedarse asombrado, además tuvimos la suerte de tener un guía con gracejo y saber, nos hizo el recorrido muy ameno. Finalizamos en la Colegiata del Santo Sepulcro donde el diácono Nahúm nos recreó lo vivido durante la mañana y las últimas palabras las dirigió Eloy con una acción de gracias a Dios por haber celebrado la XII Ultreya Interdiocesana.
De vuelta en el autobús camino de Soria, cantamos, alguno dio testimonio de lo vivido y rezamos Vísperas, que sería si no rezásemos, la oración es el pulmón, la vitalidad, el arrojo para seguir a Cristo hoy en el mundo.
“de Colores».
E. Monteseguro
Coordinador del G.I. Aragón,Osma-Soria