Beatriz Mairal Fumanal es la primera mujer en Aragón al frente de una secretaría de la Curia diocesana. Es laica y madre. Y ha accedido a este puesto de responsabilidad en la diócesis de Barbastro – Monzón desde su vocación de servicio en corresponsabilidad, como le gusta decir.
Beatriz es consciente de la singularidad que tiene el hecho de que una mujer sea secretaria general en un obispado, pero lo ve como «algo normal en una Iglesia que ha de ir con los tiempos». Para ella, lo importante es que se trabaje en equipo entre sacerdotes y laicos: «al principio puede costar un poco pero es muy enriquecedor, todo suma», agrega.
Su historia en la diócesis de Barbastro – Monzón se remonta al final de sus estudios de Derecho, cuando decidió regresar a su lugar de origen y se unió a un grupo de Acción Católica. «En una confesión, le dije a un sacerdote que me gustaría hacer más por la Iglesia. Él me contestó: “tranquila, si has de hacer algo más, el Señor te lo hará saber”. Y ahí quedó la cosa». Al poco tiempo, en una celebración familiar, conoció a su obispo, Don Ángel Pérez, quien «habló de una forma de construir lglesia emocionante y esperanzadora». Un tiempo después, le planteó formar parte de la asesoría jurídica del Obispado. «Mi marido vio con más claridad que yo que aquello me motivaba y me animó a aceptar, consciente de la responsabilidad y de la confianza depositada en mí».
Valoro mucho el trabajo de los demás
Beatriz está llena de agradecimiento a quienes la han preparado en su camino personal y profesional: «Doy las gracias a los formadores y maestros que he tenido en mi vida», dice, sin olvidar el trabajo realizado por sus antecesores en el cargo. «Valoro mucho el trabajo de los demás».
Me siento muy agradecida de poder colaborar en equipo en el proyecto diocesano soñado por nuestro obispo
Beatriz no es un la excepción en la Curia de la diócesis de Barbastro – Monzón. De hecho, además de la Secretaría, las mujeres ocupan también los puestos de Ecónoma, Archivera, y responsable de Medios, además del personal de administración y del Museo Diocesano. Las mujeres también son mayoría en los equipos de Animación Pastoral, llevando la Celebración de la Palabra a las localidades más pequeñas y distribuyendo la Sagrada Comunión en colaboración con los sacerdotes, en línea con las directrices del papa Francisco, quien viene realizando numerosos gestos como la institución de los ministerios de lector y catequista para laicos, o el impulso de la participación femenina en altos cargos de la Curia Vaticana. «Me siento muy agradecida por poder colaborar en equipo en el proyecto diocesano “soñado” por nuestro obispo don Ángel, que apela a la corresponsabilidad de quienes integramos la diócesis, viviendo la sinodalidad diocesana y sabiendo que juntos se llega más lejos», apunta esta oscense de Artesona del Grado para quien «estas cosas ya no deberían ser noticia».