Se trata de 112 piezas que son propiedad de las parroquias de la diócesis de Barbastro-Monzón y que se encuentran en depósito en el Consorcio Museo de Lérida. El conflicto lleva vigente más de 20 años.
“Que se devuelvan al pueblo de Aragón aquellos bienes pertenecientes a las parroquias del Aragón oriental que fueron llevados a territorio catalán”. Ese es el objetivo de la diócesis de Barbastro-Monzón, cuyo obispo, Ángel Pérez Pueyo, ha anunciado “una demanda civil en los próximos días para poner fin al litigio que tanto desgaste ha venido produciendo y que de una vez se haga justicia”.
Para entender el caso, hay que remontarse a finales del siglo XIX y principios del XX, cuando se fueron depositando en el obispado de Lérida bienes de valor histórico y artístico procedentes de parroquias que civilmente se ubicaban en Aragón, pero eclesiásticamente pertenecían a la diócesis catalana, para protegerlos de su deterioro y expoliación. De esta manera, quedaron en Lérida –en depósito– los bienes de la llamada Franja Oriental de Aragón.
En 1995, la Santa Sede transfirió varios arciprestazgos con sus correspondientes parroquias y sus bienes –entre ellos los ahora reclamados– de la diócesis de Lérida a la de Barbastro, que pasó a denominarse diócesis de Barbastro-Monzón, acomodándose la división territorial eclesiástica a la civil. Tres años después, en 1998, el Nuncio Apostólico en España dispuso que esos bienes permaneciesen en Lérida a título de depósito, pero que debían devolverse a las parroquias aragonesas propietarias en caso de que estas lo solicitaran.
Dominio acreditado
Otro momento clave fue el 8 de septiembre de 2005, cuando la Congregación para los Obispos determinó qué bienes depositados en el Museo de Lérida tenían que entregarse a la diócesis de Barbastro-Monzón y cuáles no. El decreto fue confirmado por el Supremo Tribunal de la Signatura Apostólica y la restitución debía efectuarse en un plazo de treinta días, lo que se incumplió.
Al estar acreditado el dominio, el Tribunal Supremo manifestó en 2015 que “en la base de este pleito hay un litigio ya resuelto por la jurisdicción eclesiástica” y que “tiene por objeto unos bienes que están provisionalmente en Cataluña a la espera de su devolución a las parroquias aragonesas propietarias”. Sin embargo, ante la negativa de aplicar lo resuelto en sede eclesiástica, la diócesis de Barbastro-Monzón ha decidido recurrir a los tribunales civiles.
Acto de conciliación
Cabe recordar que el pasado 31 de octubre se celebró un acto de conciliación en el que el Obispado de Lérida reconoció la propiedad de la diócesis aragonesa sobre los 112 bienes e indicó que no se devuelven porque las obras se encuentran en el Museo Diocesano y Comarcal de Lérida, y este se opone a la devolución. Llegado este punto, según Joaquín Guerrero, abogado de la diócesis de Barbastro-Monzón, “se va a iniciar una acción reivindicatoria contra el Obispado de Lérida en la que se demandará también al retenedor de los bienes”.
Dado que el Consorcio del Museo de Lérida Diocesano y Comarcal está formado, entre otros, por la Generalitat de Cataluña, monseñor Pérez Pueyo ha aprovechado la coyuntura política para brindar la mano al ministro Íñigo Méndez de Vigo –responsable de la Consejería de Cultura de la Generalitat tras la aplicación del artículo 155 de la Constitución– con el objetivo de que pueda mediar en este conflicto como ha hecho con los bienes del Monasterio de Sijena.