Una delegación diocesana viajó a Tortosa para dar a conocer cómo se trabaja «para que nadie se pierda». Invitada por el Obispado de Tortosa, la Diócesis de Barbastro-Monzón presentó al presbiterio catalán algunas experiencias relacionadas con la reestructuración geográfica y pastoral, abordada estos últimos años.
El obispo, Mons. Ángel Pérez, realizó el planteamiento inicial y abrió la sesión matutina, protagonizada por los animadores de la Comunidad. El vicario general, Ángel Noguero recordó cómo fueron los inicios y presentó a tres de ellos -Maxim Miranda, Juan de Pano y Marta Calavera- que explicaron en qué consiste su servicio, cómo lo han vivido o qué retos han tenido que enfrentar. La delegada de Celebración, Silvia Peropadre, detalló en que consiste la formación de los animadores o como se elaboran los subsidios dominicales, los guiones para la celebración de la Palabra.
Por la tarde, integrantes de la Curia dieron a conocer cómo se trabaja en los arciprestazgos y unidades pastorales, tanto desde el punto de vista de la Secretaría-Canciller, como desde la Economía, el Patrimonio o la Comunicación. Así, se presentó el decreto de reestructuración, el folleto de las unidades pastorales o los principales proyectos patrimoniales y turísticos que están en marcha.
La jornada se desarrolló en un clima fraterno y de mutua colaboración, propiciando preguntas muy interesantes y un intercambio de pareceres muy constructivo.