Barbastro celebró el 4 de mayo la fiesta de ‘el Pelé’, el mártir del rosario

José Antonio Calvo
3 de mayo de 2020

El lunes, 4 de mayo se celebró la fiesta del beato Ceferino, ‘el Pelé’, primer gitano en llegar a los altares. La celebración de la misa estuvo presidida por el obispo de Barbastro-Monzón, Ángel Pérez, desde la capilla de la Casa Sacerdotal de Barbastro. A ella se unieron miembros de las delegaciones diocesanas de Pastoral Gitana de España y de otros países. Cabe destacar el saludo inicial del obispo promotor de la Pastoral Gitana en España, monseñor Xavier Novell, y la acción de gracias por parte de la responsable nacional, la hermana Belén Carreras.

Durante toda la misa estuvo presente el relicario que contiene el rosario que el beato Ceferino agarraba entre sus manos en el momento de su martirio, así como su bastón. Ante estas reliquias, monseñor Pérez Pueyo, animó a todos los devotos del beato Ceferino a acudir a Barbastro, dentro de dos años, para celebrar el XXV aniversario de su beatificación.

Dado que en esta ocasión no pudo celebrarse la ya tradicional ‘Peregrinación Internacional del Pueblo Gitano’ por causa de la pandemia, las nuevas tecnologías permitieron que gitanos católicos de toda España pudieran participar con sus lecturas, cantos y oraciones. Entre otros, participaron Elena, sobrina nieta del mártir; Agustín, diácono permanente gitano de Zaragoza; o los cantadores Pepe, desde Córdoba, y José, desde Huelva.

La celebración de la eucaristía estuvo precedida de un reportaje sobre la vida del beato y los lugares donde se conserva su memoria, con las intervenciones del sacerdote José María Ferrer y la edición de Sergio Alonso.

Mártir del rosario

Nació en 1861 de familia gitana en Benavent de Segriá (Lérida) y vivió siempre como gitano. Recibió el Bautismo en Fraga. Fijó su residencia en Barbastro. Casado según la costumbre gitana, años después lo hizo ante la Iglesia. Era analfabeto. No tuvo hijos, pero adoptó y educó con esmero a una sobrina de su mujer. Fue noble como tratante de caballerías. Desde su matrimonio canónico en 1912, creció su religiosidad y formó parte de varias asociaciones piadosas. En julio de 1936 fue encarcelado por defender a un sacerdote. Devoto de la Eucaristía y de la Virgen María, murió mártir con el rosario en la mano, probablemente el 2 de agosto del mismo año. Sus restos, depositados en una fosa común, no pudieron ser identificados.

Fuente: Diócesis de Barbastro-Monzón

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