7 de octubre: la Iglesia por un trabajo digno y dignificante

Diócesis de Zaragoza
6 de octubre de 2018

Ante la celebración, el 7 de octubre, de la Jornada Mundial por el Trabajo Decente, algunas  entidades de la Iglesia, como Cáritas, Centro Pignatelli, Comunidades de Vida Cristianas (CVX), Delegación de Pastoral Obrera, Hermandades Obreras de Acción Católicas (HOAC), Juventud Obrera Cristiana (JOC), Parroquia de San Mateo (Zaragoza), Vicaría II (MIDE) y Vedrunas Almozara, han difundido un manifiesto en el que alertan de que la situación sigue siendo dramática para muchas personas.

Las entidades firmantes denuncian que “nuestro injusto marco laboral y social desplaza y descarta a millones de personas del acceso a un trabajo digno”. Nuestro país ocupa un triste papel de liderazgo en problemas como “pobreza laboral, insostenible desempleo, hogares con todos sus miembros en paro y normalización de la contratación temporal y precaria, por no hablar de la pérdida de la vida o la desprotección de quienes son descartados del trabajo”.
Esta realidad sufriente es consecuencia de la forma como se organiza la sociedad, donde, dice el papa Francisco, «no todos tienen la posibilidad de (…) estar unidos por la dignidad del trabajo, esa sociedad no va bien: ¡no es justa! Va contra el mismo Dios, que ha querido que nuestra dignidad comience desde aquí. La dignidad no nos la da el poder, el dinero, la cultura, ¡no! ¡La dignidad nos la da el trabajo! Y un trabajo digno, porque hoy “tantos sistemas sociales, políticos y económicos han hecho una elección que significa explotar a la persona”».
El apoyo a los objetivos de esta Jornada de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el movimiento sindical mundial (CSI) o el Movimiento Mundial de Trabajadores Cristianos (MMTC) es una constatación de la creciente preocupación global que existe sobre la importancia del trabajo decente.

Ante esta realidad de precariedad laboral para muchas personas, la iniciativa Iglesia por el Trabajo Decente lanza tres propuestas que sirvan para avanzar en un modelo de trabajo decente:

– Configurar un sistema económico que conciba el trabajo como un bien para la vida, que ponga en el centro a las personas y al medio ambiente, y que fomente la conciliación con la vida familiar a través de unas relaciones laborales más justas, igualitarias, solidarias y sostenibles.

– Reclamar el compromiso de los poderes públicos con la construcción de un sistema económico y laboral más justo. Para ello, urge derogar las normas que precarizan la vida de las personas, favorecer el acuerdo mediante el diálogo social y asignar partidas presupuestarias de apoyo a la creación o la transformación de empresas que desarrollen estos criterios y generen prácticas laborales acordes con la dignidad de todos los trabajadores y trabajadoras.

– Dar visibilidad a aquellas empresas que en su actividad cotidiana están desarrollando estos criterios, para dejar patente que es posible funcionar de otra manera y para que reciban el apoyo de toda la sociedad. Estas experiencias son ejemplos reales de buenas prácticas que nos enseñan caminos de humanización acordes al proyecto que Dios tiene para todos.

El Manifiesto concluye con una llamada de las entidades promotoras de la iniciativa Iglesia por el Trabajo Decente a toda la comunidad cristiana a denunciar, primero, la situación de desigualdad en el acceso al trabajo decente y la negación de dignidad que conlleva y, segundo, a apoyar aquellas realidades laborales que favorecen el trato de dignidad y justicia que todas las personas merecen.

En Aragón y Zaragoza
El grupo Iniciativa por el Trabajo Decente Zaragoza organizó el pasado día 1 de octubre un acto para reflexionar en clave ecofeminista el concepto del trabajo. Todo ello, vinculado al sector del que se viene sensibilizando en los últimos años de los cuidados y del hogar, como uno de los sectores laborales que mayor precarización presentan.

En Aragón, existe una tasa de pobreza del 17 % que afecta a más de 220.000 personas. Además, debemos tener en cuenta que el 29,48 % de la población Aragonesa llega con dificultad a final de mes, más de 59.000 personas, según datos del IAEST, Encuesta Condiciones de Vida, 2017.

Y la exclusión social severa (30 % de la renta media en Aragón) asciende a 2,60, que afecta a 33.712 aragoneses (IAEST, Encuesta Condiciones de Vida, 2017).
En cuanto a desempleo, los parados de larga duración en Aragón ascienden a 22.869 personas y en la Provincia de Zaragoza 18.776 (IAEST, datos del INAE, agosto 2018).

FUENTES

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