Alfonso Palos, párroco de San Valero en Zaragoza, ha sido nombrado por el arzobispo de Zaragoza, vicario episcopal de la vicaría urbana III. En esta entrevista nos habla de su confianza en Dios y en sus hermanos sacerdotes para desempeñar su reciente nombramiento.
¿Cómo se siente ante el nombramiento?
El nombramiento me ha sorprendido bastante y la verdad es que me siento abrumado, pero acojo el cargo con confianza en la ayuda de Dios y de los hermanos sacerdotes.
¿Qué características definen su Vicaría?
La vicaría tercera es una vicaría muy poblada con todo tipo de gente con el barrio de las Delicias como la zona más grande. Por tanto, tiene muchas posibilidades de proyectos y acciones pastorales. Destacaría también la buena relación que hay entre los sacerdotes de la vicaría que espero sea cultivo para desarrollar la pastoral.
¿De qué manera va a afrontar su nuevo cargo?
Primero, conocer y escuchar más. Segundo, habrá que aplicar en esta vicaría el plan nuevo que se está elaborando en la diócesis. Y tercero, me gusta mucho que surjan iniciativas por parte de todos para la evangelización de la vicaría.