La Diócesis de Barbastro-Monzón celebra hoy la memoria litúrgica de los beatos mártires Claretianos de Barbastro, con el rezo del rosario, eucaristía y procesión a las 19 horas en su iglesia de Barbastro.
En agosto de 1936 fueron martirizados hasta la muerte cincuenta y un miembros de la Congregación de Misioneros Hijos del Inmaculado Corazón de María. Fueron nueve sacerdotes, treinta y siete estudiantes de Teología y cinco hermanos coadjutores. Durante su largo cautiverio dieron firme testimonio de su fe y de sus ansias de martirio, así como de su actitud generosa en perdonar. Rechazaron la oferta de salvar la vida si dejaban su vocación religiosa.
En palabras de san Juan Pablo II, que los beatificó el 25 de octubre 1992 y calificó como Seminario mártir, murieron «por ser discípulos de Cristo, por no querer renegar de su fe y de sus votos religiosos». Sus restos se veneran en la cripta de la iglesia del Sagrado Corazón de María que esta comunidad tiene en Barbastro.
Dos de los hermanos coadjutores habían nacido en esta diócesis: Manuel Buil Lalueza, en Abizanda, y Francisco Castán Meseguer, en Fonz. Ambos, con los otros treinta y ocho que iban a morir los días 13 y 15 de agosto, firmaron la Ofrenda a la Congregación (“Testamento de los Mártires de Barbastro”) escrita el día 12 en un modesto envoltorio de chocolate. El primero, martirizado el día 13 de agosto, escribió: «¡Viva Barbastro Católico!». Y Francisco Castán, cuyo martirio tuvo lugar el día 15, estampó esta despedida: «¡Viva Dios! Nunca pensé ser digno de gracia tan singular». Los restos de estos mártires se veneran en la Iglesia del Corazón de María que dicha Congregación tiene en Barbastro.