«¡Ahora más que nunca: Trabajo Decente!» es el lema de la iniciativa Iglesia por el Trabajo Decente (ITD). Con motivo del 1 de mayo, Día internacional de los trabajadores, se comparte un manifiesto en el que alerta sobre cómo el impacto de la pandemia está debilitando el derecho al trabajo, y empobreciendo, precarizando y descartando a millones de trabajadoras y trabajadores, principalmente mujeres y jóvenes.
Este deterioro —advierten las entidades de inspiración cristiana que impulsan, en la Diócesis de Zaragoza, esta iniciativa: Centro Pignatelli, Comunidades de Vida Cristianas (CVX), Delegación de Pastoral Obrera, Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC), Juventud Obrera Cristiana (JOC), Parroquia de San Mateo (Zaragoza), Cáritas, Vicaría II (MIDE) y Vedrunas Almozara— provoca que “el derecho al trabajo esté en riesgo, lo que supone que el pacto social entre en crisis y, con ello, la propia democracia”.
Cambiar el sistema productivo para poner a las personas en el centro
Para ITD, esta profunda crisis pone de relieve la necesidad de un cambio de sistema productivo, basado en trabajos que aporten valor, sujetos de unas condiciones laborales dignas, y donde las personas estén en el centro. Es urgente subrayar, en ese sentido, la importancia del trabajo como actividad humana que acrecienta la dignidad de cada persona y de sus familias, al tiempo que participamos en el cuidado del conjunto de la sociedad y del planeta.
El Manifiesto denuncia la destrucción en el último año de miles de empleos y que muchos de los ERTE puestos en marcha se hayan resuelto en despidos. Asimismo, los empleos considerados esenciales –muchas veces ejercidos en condiciones precarias, tanto a nivel laboral como de protección sanitaria—, tampoco se han visto reconocidos en una mejora de sus condiciones. “Y las medidas de protección social diseñadas para paliar los efectos de la crisis –se afirma— no ha llegado a las personas que más lo necesitan, como tampoco ha sucedido con el subsidio temporal previsto para las trabajadoras del hogar o el ingreso mínimo vital”.
Otra de las consecuencias sociales de la pandemia es el agravamiento de las condiciones de pobreza entre la población migrante en situación administrativa irregular, donde el desempleo y la economía informal son mayoritarios, sin posibilidad de acceso al sistema de protección.
Ante este panorama, ITD insta “ahora más que nunca a adoptar las medidas necesarias para conseguir que el trabajo decente sea una realidad accesible para todas las personas, con condiciones que permitan mantener una vida digna y una protección social que llegue a todas las personas que lo necesitan”. En el Manifiesto se plantean algunas medidas urgentes para reconducir la situación, como son:
– Redefinir la idea del trabajo como actividad humana y configurar nuevas políticas que aseguren a cada persona trabajadora “alguna manera de aportar sus capacidades y su esfuerzo” a la construcción del bien común.
– Potenciar el trabajo con derechos y seguro en cualquier relación laboral y para todas las personas, sin distinción de edad, sexo o procedencia.
– Garantizar el acceso a medidas de protección social para quienes no puedan trabajar o sus condiciones laborales no les permitan llegar “a fin de mes”.
– Lograr el reconocimiento social y laboral de los empleos esenciales para la vida, con unas condiciones laborales dignas.
– Promover un diálogo con toda la comunidad política, sociedad e instituciones para configurar un nuevo contrato social basado en la centralidad de la persona, el trabajo decente y el cuidado del planeta.
– Impulsar la incorporación de la juventud al mercado laboral en una sociedad golpeada por una crisis sanitaria social y económica, creando oportunidades reales de acceso al trabajo digno.
Dadas las limitaciones actuales para llevar a cabo actos de calle, ITD invita a celebrar en este Primero de Mayo mediante gestos de oración personal o comunitaria, junto a una “movilización de los balcones” para dar visibilidad a estas reivindicaciones en las ventanas de nuestros domicilios.
La movilización en redes sociales se llevará acabo con el hashtag: #AhoraMásqueNuncaTrabajoDecente
Situación del empleo en la actualidad en Aragón
(Fuentes: Instituto Aragonés de Estadística – IAEST y EPA):
– El paro registrado en Aragón a último día de marzo de 2021 se sitúa en 85.882 personas. En el último año la tasa de variación ha sido de un 18,49%, 7 puntos porcentuales superior a la tasa nacional (11,31%).
– La tasa de variación mensual de paro registrado en Aragón en marzo de 2021 es del -1,5% y, en términos desestacionalizados, corregida de efectos estacionales y de calendario, del -0,5%.
– Los desempleados mayores de 50 años suponen ya un 36,12 % del total de los desempleados en Aragón.
– La tasa de desempleo en Aragón era del 12,5 %, el 9,9 % en 2019 (EPA IV trimestre 2020).
– La tasa de paro juvenil sube al 34,4% en 2020, el 22,6 % en 2019 (EPA IV trimestre 2020).
– La tasa de paro en mayores de 55 años alcanzó el 9,5 % el 8,8 % en 2019 (EPA IV trimestre 2020).
– La tasa de desempleo femenina alcanza el 15,3 %, cuando en 2019 era el 11,4 % (EPA IV trimestre 2020).
– Los parados de larga duración en Aragón alcanzan la cifra de 39.698 personas, en marzo de 2021, lo que supone un 46,22 % del total de desempleados.
– Sólo los parados de más de tres años de duración alcanzan la cifra de 11.932 personas.
– Los contratos temporales suscritos en febrero, en Aragón, han sumado 29.477, lo que supone un 88,52 % sobre el total de contrataciones. Alta temporalidad.