SAGRADA FAMILIA
LECTURAS
Eclesiástico: 3,2-6.12-14 – Colosenses 3,12-21
EVANGELIO
Evangelio: Mt 2,13-15.19-23
Apenas se marcharon, el ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo:- Levántate, coge al niño y a su madre y huye a Egipto; quédate allí hasta nuevo aviso, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo. José se levantó, cogió al niño y a su madre de noche, se fue a Egipto y se quedó allí hasta la muerte de Herodes. Así se cumplió lo que dijo el Señor por el profeta: Llamé a mi hijo para que saliera de Egipto (Os 11,1). Apenas murió Herodes, el ángel del Señor se apareció en sueños a José en Egipto y le dijo – Levántate, coge al niño y a su madre y vuélvete a Israel; ya han muerto los que intentaban acabar con el niño. Se levantó, cogió al niño y a su madre y entró en Israel. Al enterarse de que Arquelao reinaba en Judea como sucesor de su padre, Herodes, tuvo miedo de ir allá. Entonces, avisado en sueños, se retiró a Galilea y fue a establecerse a un pueblo llamado Nazaret. Así se cumplió lo que dijeron los profetas: que se llamaría Nazareno.
AMBIENTACIÓN
“Los esposos son entre sí reflejos del amor divino que consuela con la palabra, la mirada, la ayuda, la caricia, el abrazo. Por eso, querer formar una familia es animarse a ser parte del sueño de Dios, es animarse a soñar con Él, es animarse a construir con El, es animarse a jugarse con Él esta historia de construir un mundo donde nadie se sienta solo”. Papa Francisco (A,L . Nº 321).
EXPLICACIÓN-REFLEXIÓN
Se trata de una familia oriental donde conviven los esposos, los hijos y los abuelos. Y todos caben; con sus problemas y dificultades.
1.- Los esposos. (2ª Lectura. Col. 3,12,21). Hay que ir al matrimonio equipados. Lo mismo que uno que va a esquiar o a escalar una montaña… ¿Qué traje deben ponerse? “la misericordia entrañable, la bondad, la humildad, la dulzura”. La misericordia es una palabra compuesta que significa: poner el corazón sobre nuestra miseria. Todos somos limitados, somos pecadores. Y a veces, aún con la mejor intención, nos hacemos daño. La única solución es pedirnos perdón de todo corazón. Sin capacidad de perdón, nuestra convivencia siempre estará amenazada. El sol que sale con fuerza no tiene miedo a la escarcha de las frías mañanas de invierno. La humildad, dice Santa Teresa, es la verdad. La verdad de saber que en el matrimonio nadie es más que nadie ni menos que nadie. Los dos son hijos de Dios a quienes ama de la misma manera. La dulzura es el amor de excelencia, amor cariñoso, el amor de detalles. Es lo mismo que el aceite para los coches. Si falta, se enciende una lucecita roja que manda pararte. De lo contrario, te cargas el motor. Con la dulzura se suavizan las relaciones, se eliminan las tensiones y hace que la convivencia vaya sobre ruedas.
2.- Los abuelos (1ªLectura. Eclo. 3,2-6.12-14). En la primera lectura se nos habla de abuelos y se nos dice cosas tan bellas como éstas:” el que respeta a sus padres ancianos acumula tesoros; cuando rece será escuchado. Hijo mío, no los abandones cuando sean mayores, aunque ya digan bobadas, ten indulgencia, no los abochornes”. Acumula tesoros. Los hijos no obedecen, los hijos imitan. Lo que tú hagas con los abuelos harán tus hijos contigo. “Cuando reces serás escuchado” A veces decimos que Dios no nos escucha. ¿No será porque no tratamos bien a los mayores? “!Hijo mío!, no los abandones” Da la impresión de que el mismo Dios se pone de rodillas para suplicarnos que no abandonemos a los abuelos. “Ten indulgencia aunque digan bobadas”. Ya sabemos que repiten las cosas y que son raros. Es lo normal. Lo mismo que los niños hacen gracias, los mayores tienen rarezas… ¿Has pensado en lo que serás tú cuando tengas sus años? !No los abochornes! Un hijo nunca debe avergonzarse de sus padres. Tal vez no hayan tenido medios para adquirir cultura porque necesitaron trabajar para que tú pudieras estudiar. Un hijo siempre se siente orgulloso de sus padres.
3.- Una familia con problemas. A los pocos días del nacimiento del niño, “el ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: “Levántate, toma al Niño y a su madre, y huye a Egipto y quédate allí hasta que yo te avise; porque Herodes va a buscar al niño para matarlo”. Qué duro, o como se dice ahora, qué fuerte el que quieran matar al Niño apenas ha pisado este mundo. Si este Niño sólo viene a salvar…a hacer el bien…María y José, sin protestar, sin pedir explicaciones abandonan su país, su pueblo, su casa, su familia…y marchan a Egipto, un país tan distinto y tan desconocido. Y allí, sin conocer a nadie, tienen que buscar un trabajo, una vivienda. Ellos eran pobres y es posible que los primeros días estuvieran sin trabajo, viviendo de limosnas, pasando por la humillación de tener que pedir…Pero esta es la situación que, a lo largo de tantos siglos, han vivido y están viviendo miles de personas que tienen que abandonarlo todo por buscar trabajo y un medio de vida. Cualquier emigrante puede acudir a esta sagrada familia. Ella sabe por propia experiencia lo duro que es vivir en un país extranjero…Lo ha vivido. Ella está preparada para socorrer este tipo de situaciones, no desde fuera, dando una limosna, sino desde dentro, metiéndose en el pellejo de la gente.
PREGUNTAS.
1.- Hoy que hay tantos fracasos en los matrimonios. ¿Nos preocupa el equiparles mejor? ¿Todo se reduce a unos cursillos antes de la boda?
2.- Hoy en España los abuelos tienen abundante comida, calefacción y medicinas. Y, sin embargo, se sienten solos. ¿A quién corresponde dar esa medicina que cure su amarga soledad?
3.- Hay muchas familias en el mundo que tienen necesidad de salir de su país con todo lo que esto conlleva de desarraigo y de sufrimiento. ¿Cuál es nuestra postura ante los inmigrantes? Como cristianos, ¿no podemos hacer más por ellos?
Este evangelio, en poesía, suena así:
José, María y Jesús,
un padre, una madre, un hijo.
Una Sagrada Familia,
un triple “amor” florecido.
La felicidad dormía
en aquel precioso “nido”.
Los tres vivían alegres
por el “amor” seducidos.
En aquel hogar bendito
Dios puso su domicilio.
Dios siempre se hace presente
donde hay “amor” y cariño
Su casa estaba asentada
sobre “roca” de granito.
No pueden con el “amor”
ni los vientos ni los ríos.
Su puerta quedaba abierta
al paso de los vecinos.
Donde hay “amor”, no hay extraños;
todos se sienten amigos.
Toda su vida giraba
alrededor del servicio.
Sin flores no hay primavera.
No hay “amor” sin sacrificio.
Señor, en nuestras familias,
Falta “amor” y hace frío.
Que en Jesús, José y María
encontremos nuestro abrigo.
(José Javier Pérez Banedí)
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