WhatsApp es buen invento (Aunque el pasado lunes nos falló). Es, como todos los buenos inventos, cuando se usa lo necesario y bien. Como, me parece, es en este caso. Una amiga boliviana me envía, con frecuencia, una sencilla frase, fruto de su reflexión sobre el evangelio de la Eucaristía del día. Me parecen frases tan breves, profundas y sencillas que quiero compartir algunas de las últimas con vosotros. Para que no quede entre dos lo que, quizás, puede ayudar a muchos. Aquí van unas pocas (el espacio no da para más). Ojalá os sirvan.
Yo también estoy como María Magdalena entregándole al Señor mis temores y miedos y con la compañía de Él no me siento sola, más bien encuentro en Él la alegría, la paz y la esperanza. (22 jul. Jn 20, 1-2.11-18)
Quiero ser semilla que reviente y que dé frutos. (23 jul. Jn 15,1-8)
A veces en la vida se nos presentan varios caminos y uno no sabe cuál elegir y es cuando hay que pedirle a Dios la luz para elegir el que más nos acerque a Él. (28 jul. Mt 13,36-43)
Como cristiano debe vivir con humildad y repartiendo amor y ternura cada día. (30 jul. Mt 13,54-58)
Normalmente nosotros no actuamos como Jesús y, ante la necesidad de los demás, nos parece que no podemos hacer nada. Y nos quedamos con los brazos cruzados. (2 agt. Mt 14.13-31)
Debemos reconocer las maravillas que hizo el Señor por nosotros y ser agradecidos por eso. (3 agt. Mt 14,22-36).
Jesús tiene que ser para nosotros el camino que nos conduce a un mundo donde todos debemos vivir como hermanos. (5 agt. Mt 16,13-23).
Debemos tratar de ser sembradores y también buena semilla. (10 agt. Jn 12,24-26).
Es valiente aquella persona que perdona, pero más valiente aun es aquella persona que se atreve a pedir perdón. Además, al pedir perdón, nosotros experimentamos el perdón de Dios. (12 agt. Mt 18,21-19,1).
Qué privilegio el de María al ser elegida por Dios en su humildad y pequeñez. Yo le pido a Dios me dé sabiduría para tratar de imitarla por lo menos en algo. (15 agt. Lc 1,39-56).
¡Qué difícil es a veces deshacerse de todo lo que nos ata! (16 agt. Mt 19, 16-22)
Dios es tan bueno que a cada uno nos da mucho más de lo que nos merecemos. (18 agt. Mt 20,1-16).
Vayamos al encuentro del Señor con alegría, a una verdadera fiesta, dejando atrás indiferencias, egoísmos, rencores. (19 agt. Mt 22,1-14).
Debemos pedir a Dios humildad para reconocer nuestros errores y valor para superarlos. (23 agt. Mt 23,13-22).
Tenemos que ayudar a otros a conocer a Dios, para que ellos vivan nuestra maravillosa experiencia. (24 agt. Jn 1,45-51).
Debemos actuar siempre de corazón, porque eso nos acerca más a nuestros hermanos. (29 agt. Mc 7.1-23).
Dios nos envió a todos con una misión. Nos envió también para sanar y fortalecer los corazones de todos los hermanos que por algún motivo están heridos. (1 sept. Lc 4,38-44).
A nosotros también nos dice Jesús: ¡Effetá!, para que nosotros podamos abrirnos hacia los problemas y necesidades que tengan nuestros hermanos. (5 sept. Mc 7,31-37).
Dios nos elige a cada uno de nosotros para que nos pongamos al servicio de nuestros hermanos. Debemos hacer el bien a los hermanos sin fijarnos en leyes o normas. (7 sept Lc 6,12-19).
Pensar en la CRUZ es pensar en el AMOR INFINITO que tuvo CRISTO que murió en ELLA para SALVARNOS. (14 septiembre. (14 sept. Jn 3,13-17).
Siempre deben ir juntos el perdón, el amor y la misericordia para que podamos amar al prójimo. (16 sept. Lc 7,36-50.
Jesús no discrimina a la Mujer ni a nadie. Nosotros debemos seguir su ejemplo. (17 sept. Lc 8,1-3).
Gracias, Señor, por tu MISERICORDIA, porque nos amas, nos proteges, nos guías, nos iluminas, nos sanas, nos abrazas, nos provees y principalmente porque nos perdonas. Gracias, Señor. (21 sept. Mt 9,9-13).
Haz el bien sin mirar a quién, dice el refrán y así debemos. Las acciones buenas, por pequeñas e insignificantes que sean, porque con eso hacemos felices a nuestros hermanos. (26 sept. Mc 9,38-43.45.47-48).
Cuando hacemos el bien, estamos dando Amor a los demás y ahí está DIOS. (27 sept. Lc 9,46-50).
Debemos intentar ver en las personas su bondad y su nobleza y no jugar a ser Jueces. (28 sept. Lc 9,51-56).
Debemos reconocer, y especialmente AGRADECER, todo lo que Dios ha hecho por nosotros. (1 oct. Lc 10,1-12).
Dios ha unido al hombre y la mujer para que haya entre los dos, amor, comprensión, entrega, sacrificio y, sobre todo, amor a Dios. (3 oct. Mc 10,2-16).
Jesús mismo es nuestro mejor samaritano que se acerca a nosotros en la Eucaristía, en la Creación, en los niños, en los pobres y eso nos enseña a nosotros a no pasar de largo ante los necesitados. (4 oct. Lc 10,25-37).
Son reflexiones ‘a pie de calle’ para cristianos -y más- que viven, caminan o trabajan a nuestro lado.
Que alguna aproveche a alguno o a todos. ¿Por qué no?