Opinión

Jesús Moreno

A pie de calle

Superficialismo

8 de diciembre de 2021

No, no le falta la ‘i’ de superficialísImo. Tampoco sé si esta palabra existe. La he buscado en diccionarios y no figura, y en internet no sale. Te envía a superficialidad, superficial. Pero me vino a la mente, la busqué, no la encontré, pero la escribo.

¿Sabéis que Francisco ha estado en Chipre y Grecia? Pero, ¡cómo no lo vamos a saber! No nos insultes, por favor. De acuerdo, tampoco os enfadéis. Habréis observado, como yo, y otros han escrito, que los grandes medios de comunicación han silenciado los hechos y mensajes esenciales, impactantes, sabia y evangélicamente provocativos, que escuecen, y se han fijado en lo anecdótico y superficial del viaje del Papa. Por ejemplo, todos los medios nos informaron de la ‘anécdota’ de un anciano pope griego que llamó a pleno grito “hereje” al Papa, o que el Papa estuvo a punto de caerse, por el fuerte viento, al subir las escalerillas del avión en su viaje de regreso a Roma.

Esto es superficialismo, no simple superficialidad. La superficialidad, se puede leer en cualquier página sobre el tema, hace referencia a la capa exterior de una cosa, de un acontecimiento, dejando a un lado todo intento de profundidad. Así, llamamos superficial a una persona que es frívola, sin fundamento, poco seria en lo que dice o lo que hace, solo le interesan las apariencias. … No analiza la esencia de las personas, hechos y cosas y sólo ve su aspecto exterior. La persona superficial no se compromete con la realidad y se limita a quedarse en lo banal. Es socialmente fría. Todo le da igual, menos lo suyo o lo que le interesa.

La superficialidad es una actitud humana que forma parte de la personalidad manifestada en un orden de prioridades distanciado de los valores socioculturales esenciales para la vida y la convivencia en sociedad. Así mismo, construye una perspectiva limitada, cerrada y engañosa de la realidad.[1]

            El superficialismo convierte la superficialidad en una estructura social que lo abarca todo, que llega a todo y a todos. No es una característica o una reacción puntual de una persona. Es un modo de ser de la sociedad que lo hemos creado entre todos -somos sus padres-, y que nos influye a todos: somos sus hijos. Que la sociedad sea superficial, y no centrada en lo realmente importante, está alimentado de un modo especial por los fuertes de este mundo. Les interesa. Su permanencia en el poder se sostiene, en gran parte, en la superficialidad personal y social. El superficialismo es la superficialidad globalizada, convertida en sistema de actuación y de comportamiento que invade todo.

            El superficialismo crea y alimenta una persona superficial, una sociedad superficial, una política superficial, una religiosidad superficial sin alma ni profundidad, unas relaciones superficiales, donde lo secundario se convierte en primerio y esencial.

            Unos medios de comunicación sometidos -no todos, claro- al superficialismo estructural de la sociedad, informan más a gusto del pope que grita o del viento que tambalea al Papa al subir al avión, que de menajes como estos:

“Y ruego también al hombre, a cada hombre: superemos la parálisis del miedo, la indiferencia que mata, el cínico desinterés que con guantes de seda condena a muerte a quienes están en los márgenes. Afrontemos desde su raíz al pensamiento dominante, que gira en torno al propio yo, a los propios egoísmos personales y nacionales, que se convierten en medida y criterio de todo

Es fácil arrastrar a la opinión pública, fomentando el miedo al otro; ¿por qué, en cambio, con el mismo tono, no se habla de la explotación de los pobres, o de las guerras olvidadas y a menudo generosamente financiadas, o de los acuerdos económicos que se hacen a costa de la gente, o de las maniobras ocultas para traficar armas y hacer que prolifere su comercio? ¿Por qué no se habla de esto? …

El Mediterráneo, que durante milenios ha unido pueblos diversos y tierras distantes, se está convirtiendo en un frío cementerio sin lápidas… ¡No dejemos que el mare nostrum se convierta en un desolador mare mortuum… Hermanos y hermanas, les suplico: ¡detengamos este naufragio de civilización!”[2] 

El pensamiento dominante, que gira en torno al propio yo, a los propios egoísmos personales y nacionales, que se convierten en medida y criterio de todo”, esto es el superficialismo. ¿Por qué no se habla de esto? Cuestión de superficialismo. El Mediterráneo se está convirtiendo en un frío cementerio sin lápidas. Una consecuencia del superficialismo. Hermanos y hermanas, les suplico: ¡detengamos este naufragio de civilización! Digamos ‘no’ al superficialismo, naufragio de nuestra civilización, con una libertad no sometida.

Ciertamente, los medios no son una plataforma al servicio del Papa, pero sí al servicio de una persona libre y adulta en una sociedad libre y adulta. Y los medios saben cómo hacerlo sin centrarse solamente en repetir frases de Francisco.


[1] Angela Estevez. Marzo de 2020. Superficialidad. https://significado.com/superficialidad/ Consultado 7 dic 21

[2] Discurso a los refugiados. Centro de acogida e identificación de Mitilene. 5 diciembre 2021. Merece ser leído completo.

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