Opinión

Jesús Moreno

A pie de calle

Sin ancianos no hay futuro

3 de junio de 2020

Da la impresión, a medida que avanzamos en las fases de la desescalada ante la pandemia, que vamos olvidando que el covid19 se cebó y se ceba de modo especial en los ancianos. Pocas veces se habla de ellos ya en los noticiarios. Hay otros temas y aspectos que ocupan la centralidad de la noticia. Ni lo juzgo, ni mucho menos lo condeno. Pero la muerte de tantos ancianos nos debe llevar a reflexionar sobre lo sucedido. Sobre este aspecto y sobre otros muchos. Ojalá sea para que salgamos todos un poco mejores. Cada uno y la sociedad en su conjunto. Creo que esta debe ser la actitud del cristiano, su compromiso: salir mejores de lo que éramos.

Por eso traigo hoy un documento que¸ probablemente, no ha llegado a la inmensa mayoría de los que estamos viviendo esta situación. Y su verdad es más que oportuna. Para caer en la cuenta de que debemos construir, entre todos, un presente y un futuro mejor para los ancianos.

La Comunidad de Sant’Egidio ha lanzado un llamamiento con este provocativo título y contenido: Sin ancianos no hay futuro. Manifiesto europeo para la rehumanización de la sociedad. No a una sanidad selectiva. Un documento que lo han firmado figuras de la política, de la ciencia, de la cultura, de la religión y de distintos países. Casi me limito a transcribirlo.

Parten del hecho de que “durante la pandemia de la Covid-19 los ancianos están en peligro en muchos países europeos. Las dramáticas cifras de muertos en residencias hacen estremecer”. A partir de este hecho van proponiendo reflexiones y cambios que necesita nuestra sociedad

Hechos

1 – Todo esto no habría ocurrido si no se estuviera abriendo paso la idea de que se pueden sacrificar sus vidas en beneficio de otras. Es lo que el Papa Francisco define como «cultura del descarte», que priva a los ancianos del derecho a ser considerados personas y los relega a ser solo un número y, en algunos casos, ni siquiera eso.

2- En muchos países, ante la necesidad de atención sanitaria está surgiendo un modelo peligroso que fomenta una «sanidad selectiva» que considera residual la vida de los ancianos.

3 – Su mayor vulnerabilidad, su avanzada edad y el hecho de que pueden ser portadores de otras patologías justificarían una forma de «elección» a favor de los más jóvenes y de los más sanos.

Valoración de los hechos

4 – La base de la ética democrática y humanitaria consiste en no hacer distinción entre personas, ni siquiera a causa de su edad.

5 – Se trata de principios que forman parte de una visión religiosa de la vida, pero también de los derechos humanos y de la deontología médica.

6 – La tesis de que una menor esperanza de vida comporta una reducción «legal» del valor de dicha vida es, desde un punto de vista jurídico, una barbaridad.

7 – Que eso se produzca a través de una imposición (del Estado o de las autoridades sanitarias) ajena a la voluntad de la persona representa un intolerable atropello añadido de los derechos de la persona.

8 – Aceptar la muerte «anticipada» de los ancianos a causa de una mentalidad utilitarista es una hipoteca para el futuro, pues divide la sociedad en clases de edades e introduce el peligroso principio de que no son iguales.

Actuación

9- Creemos que es necesario reafirmar con fuerza los principios de igualdad de tratamiento y de derecho universal a la asistencia sanitaria conquistados en los últimos siglos.

10 – Es el momento de dedicar todos los recursos que sean necesarios para proteger el mayor número de vidas posible y para humanizar el acceso a la atención sanitaria para todos. Que el valor de la vida sea siempre igual para todos. Quien rebaja el valor de la vida frágil y débil de los más ancianos, se prepara para desvalorar todas las vidas.

Conclusión General

Esperamos que se desate una revuelta moral para que cambie la dirección en la atención sanitaria a los ancianos y para que estos, sobre todo los más vulnerables, jamás sean considerados un peso o, aún peor, inútiles.

Termino con un pequeño signo de esperanza. Viene del Colegio Padre Manjón de Granada. Un pequeño fragmento de una carta que un alumno ha escrito en “Radio Fuerza”, un proyecto radiofónico elaborado por jóvenes de ese colegio para una residencia de mayores.

“Estos días he oído a mis padres hablar de lo duro que ha sido vuestra vida: habéis vivido guerras y levantasteis el país, habéis pasado hambre y os han faltado muchas cosas, pero seguisteis adelante; sufristeis con nuestros padres una crisis y os encargasteis de levantarnos, y otros muchos detalles que ni siquiera conozco. Pero tengo claro que si habéis superado vuestro pasado superaréis el presente y el futuro, y ahora nos tocará a nosotros levantar el país y cuidar de vosotros como os merecéis”. (Zenit. 18 mayo 2020)

Estos caminos sí serán una muy buena desescalada. Es una pequeña muestra de cambios radicales que estamos llamados a dar en otros muchos campos de la vida. Si aprendemos de esta experiencia desconcertante.

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