¿Cuál será el mejor regalo? ¿Cuánto me he de gastar en los regalos? ¿Cuántos regalos he de comprar? Seguro que son cuestiones que resultan habituales para todos en estas fechas cuando vamos de compras.
En el momento en el que invade ese escalofrío hedónico que genera el marketing Navideño intento llamar a la sensatez pensado en la recomendación básica que Michael Norton escribió en su libro “Happy money”:
gástate el dinero en experiencias
En base a esta sencilla recomendación iría directo a la sección de, lo que se suelen llamar, paquetes de experiencias. Básicamente son cajas donde quien recibe el regalo puede elegir entre diferentes actividades, viajes o eventos a los que asistir. Sin embargo, me falta aún un detalle de la recomendación:
vive esas experiencias con tus seres queridos
Las experiencias, indica Norton, deben ir unidas a vivirlas con tus familiares y amigos más cercanos. ¿Os parece un buen regalo? Desde luego tiene buena pinta, pero intentaré seguir profundizando.
El papa Francisco ya nos lo indicó en la exhortación Evangelii Gaudium: los mecanismos de la economía actual promueven una exacerbación del consumo. ¿Todo regalo Navideño debe suponer una compra? Podemos valorar otros tipos de regalos, aquellos que trascienden más allá del dinero.
¿Y si la experiencia, además de ser compartida, se orienta a ofrecer algo a los demás? Por ejemplo, se puede practicar esquí con tus amigos y, además, enseñar a esquiar a quien no sabe. También salir a comer y, además, compartir mesa con personas que sufren la soledad en estas fechas tan señaladas.
En definitiva, regalar tu yo a los demás será una experiencia que te mejora como persona y que hace bien a quienes más lo necesitan.