El pasado fin de semana ocurrió una lamentable tragedia en la Titan Desert, prueba que se celebra en el desierto de Marruecos y que consta en varias duras etapas de bicicleta de montaña por el desierto. El español Fernando Civera, de 46 años, falleció por fallo cardíaco en el transcurso de la segunda etapa de la Titan Desert, según informó la organización. El ciclista se encontraba en una «zona complicada de dunas, fuera de la zona habitual marcada por los aparatos de navegación», en el kilómetro 55 de la segunda etapa, que se disputó entre Merzouga y Ouzina, de 105 kilómetros.
Según han informado los medios de comunicación, el participante pulsó el dispositivo de seguridad para alertar a la organización y un helicóptero medicalizado acudió de inmediato al rescate, pero los médicos, tras realizar las maniobras de reanimación, nada pudieron hacer por salvarle la vida.
A todos se nos remueve un poco el estómago al leer estas noticias. Son demasiados los lunes que abrimos la prensa y vemos tragedias en las pruebas deportivas. Intentaré transmitir mi reflexión sobre estos hechos:
– Las pruebas deportivas se han convertido en un ocio social muy popular. Son miles de personas las cuales, cada fin de semana, eligen inscribirse a una prueba deportiva para disfrutar de un ocio activo entre amigos y familia. Hecho que aumenta exponencialmente, por simple estadística, la probabilidad de sufrir un accidente cardiovascular en una prueba deportiva.
– Al acceder toda la sociedad, no solo los deportistas federados, acceden más participantes poco preparados y supervisados. A veces «menos es más» y lo fundamental en nuestro tiempo de ocio es pasarlo bien. Si acudes a una prueba deportiva cuya exigencia física está por encima de tu preparación no disfrutarás, además de asumir un riesgo para tu salud. Es mejor marcarse objetivos alcanzables y adaptados a tu preparación y estado de salud.
– Existe aún poca supervisión por parte de profesionales. Los participantes deberían estar siempre supervisados por entrenadores titulados, los cuales aseguren que los objetivos son adecuados y la preparación física realizada la correcta. Además, el participante debería realizar una prueba de esfuerzo para intentar detectar cualquier anomalía que pueda pronosticar un posible futuro accidente cardiovascular.
– Los organizadores están bien preparados. Lo demuestra el suceso del artículo. En cuanto Fernando se encontró en mal estado, pulsó el botón que activó un protocolo de emergencia con un helicoptero medicalizado. No se puede pedir más, me parece un servicio excelente. Cada vez los organizadores prestan más servicios, y los de urgencia y médicos están regulados, además, por unos mínimos marcados por ley.
Es fantástico disfrutar del ocio activo y deportivo, son aventuras maravillosas que promueven unos valores educativos brillantes. Además, recomiendo estar tranquilos sobre los protocolos y servicios médicos y de emergencias de los organizadores. Sin embargo, es fundamental hacer un ejercicio de responsabilidad y contar siempre con un profesional de la actividad física y deporte que te asesore, así como tener controles médicos específicos de forma regular.