Opinión

José Luis Lázaro

«Ndawonye»: Juntos

18 de junio de 2019

Hay palabras que entran a formar parte de la vida de una persona- casi sin quererlo- y acaban identificándole con el significado de la misma. En mi caso es la palabra ndebele «Ndawonye»: «Juntos».

Una palabra que  aprendí a usar años atrás, cuando comenzaba a dar mis primeros pasos como sacerdote en España, en aquel proyecto del Campo Romanos de Daroca de la Diócesis de Zaragoza; pero quizás, fue aquí en Zimbabue, donde empecé a darle pleno sentido, llenándola de rostros, experiencias, proyectos y, sobre todo, mucha vida.

Hablar de fraternidad, de comunidad, de trabajo en común, de misión conjunta, de equipo…puede resultar fácil, e incluso –bien visto- en determinados ámbitos eclesiales, sociales o de Responsabilidad Social en el mundo de la empresa privada. Lo difícil es vivir ese Juntos, cada día en el trabajo, en casa con otra persona, aceptando -e incluso amando- un modo de pensar diferente o una historia personal o trayectoria vital que en nada se asemeja a la nuestra… Juntos, porque así lo ha querido el Señor, porque es más difícil pero a la vez más evangélico vivir, trabajar, compartir y sentir en común…con un mismo latido, con un mismo corazón. Juntos, porque nos necesitamos, porque no podemos hacerlo todo solos, porque aunque queramos no somos Dios y, ya se encarga El de recordárnoslo con nuestros errores, tropezones y caídas. Juntos, sin haber elegido al que forma parte de mi día a día, solamente sabiendo que es el Señor, el que nos puso en el mismo camino para llegar a cumplir su voluntad.

Y algunos os estaréis preguntando, ¿Quién es ese «Juntos», para quien os está escribiendo?

Y mi respuesta es doble. La primera, tiene dos nombres: FitzGerald y Vincent. Mis compañeros y hermanos de Misión, ambos naturales de Zimbabue. Con ellos vivo, rezo, celebro, comparto, discuto, río…a veces, se producen malos entendidos –como consecuencia de las diferentes lenguas o costumbres, que nos han hecho ser lo que somos-, pero siempre con ese mismo sentir que antes os he explicado y que quizás para alguien de fuera es incomprensible –visto que lo que nos diferencia es mayor que lo que nos une-. Ese Juntos con mis compañeros supone un gran esfuerzo, especialmente cuando uno trata de comunicar y compartir las emociones del corazón en otra lengua, con otras costumbres y con una cultura, que debemos conocer, aceptar y respetar, pero que a veces nos imposibilita el expresarnos con toda la naturalidad y sinceridad con la que estamos acostumbrados. Pero a pesar de lo dicho, nuestra vida es «ndawonye» (Juntos).

Mi segunda respuesta, tiene también otro nombre: Chipale. El nombre de la localidad donde hemos construido un Centro de Salud Rural, con un trabajo «comunitario» con siete comunidades de culturas y lenguas diferentes; de credos e iglesias dispares; trabajando juntos hombres y mujeres, jóvenes y mayores; lideres tradicionales y políticos rivales… Un proyecto de más de tres años y medio, en el que hemos vivido toda clase de problemas y dificultades, pero que ha sido desarrollado y completado por la gente de las comunidades, para asombro de las autoridades civiles y políticas de la provincia. En la memoria del corazón, me quedan muchos retales de bonitos testimonios, de aprendizaje en el camino comunitario –probablemente más lento y no tan acabado o profesional, pero más lleno de Dios- y del orgullo, de haberme sentido parte de un proyecto que nació desde abajo y fue culminado por la gente de abajo, aquellos que son definidos como: «empobrecidos», «marginados», «desheredados», o despectivamente, «africanos».

En este año, en que se nos invita a vivir en un estado permanente de misión, todos tenemos que sentirnos enviados a proclamar con nuestra vida la Buena Noticia del Evangelio, porque la tarea de construir el Reino de Dios no la podemos llevar a cabo individualmente o viviéndola en compartimentos estancos, o solamente con los de mi propio sentir o comunidad de origen, la palabra clave aparece en el Evangelio: juntos o, como decimos en esta parte de Zimbabue donde ahora resido: ndawonye.

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